Se acerca el fin de la moratoria concursal. ¿Qué escenario nos encontraremos?

Con la llegada de la pandemia causada por el covid-19 y la aplicación de las medidas restrictivas que se pusieron en marcha en el año 2020, era de esperar que las empresas tuvieran problemas de solvencia. Una situación que podría llevarlas a un concurso de acreedores.

A fin de evitar un colapso judicial y de darle un poco de margen a las empresas que tenían problemas de liquidez, mediante Real Decreto-Ley 16/2020, de 28 de abril, se suspendió el deber de los administradores de sociedades mercantiles de solicitar la declaración de concurso de acreedores (lo que se conoce como concurso necesario).

La moratoria se ha prorrogado en diversas ocasiones y permanecerá en vigor hasta el 30 de junio de 2022. En esa fecha se prevé que esta posibilidad se extinga de manera definitiva.

¿Qué podemos esperar cuando se acabe el plazo?

Colapso judicial

Hace más de dos años que se suspendió la obligatoriedad de presentar el concurso necesario. Cuando la moratoria acabe, se prevé que inicien todos aquellos procesos que no se han puesto en marcha hasta el momento.

Esto derivará en un incremento notable del trabajo en los Juzgados de lo Mercantil. Esta oleada de casos podría acabar generando un colapso, lo que hará que la tramitación de los procedimientos se prolongue en el tiempo.

Un mayor número de empresas zombi no viables

Los expertos están preocupados por cómo han actuado las empresas en problemas durante este tiempo de moratoria. Creen que un número importante de ellas han aprovechado la exención de la obligación de presentar el concurso necesario y no han tomado medidas suficientes para mejorar su situación.

En cuanto la moratoria llegue a su fin, podríamos caer en la cuenta de que existen más empresas zombis de las que creíamos. Organizaciones que, en la mayoría de los casos, ya no son viables y acabarán por desaparecer.

A buen seguro se incrementará el número de concursos, los cuales acaban con la liquidación total de la empresa. Serán pocas las que puedan salir del proceso en una situación saneada y listas para seguir operando en el mercado.

Efecto sedante que puede pasar factura a las empresas

La moratoria podría afectar incluso a las empresas que no pasan por una situación tan complicada como para acabar en concurso de acreedores. Los efectos negativos de este hecho serán visibles a corto plazo.

Con la obligación de presentar concurso necesario paralizada, algunas empresas han sufrido un efecto sedante y se han acomodado en situaciones que, no siendo malas del todo, podrían llegar a complicarse.

Debido a la actual inestabilidad del entorno a causa de la guerra entre Ucrania y Rusia, y a una recuperación económica que está tardando en llegar, algunas compañías podrían verse en apuros en poco tiempo. Esta situación se debe a que muchas empresas se «confiaron» durante los meses anteriores y no tomaron medidas para mejorar su situación.

Aumento del índice de morosidad

La ratio de morosidad podría dispararse en los próximos meses. Muchas de las empresas que van a entrar en concurso tienen tan pocos recursos que no disponen de activos suficientes para sufragar todas sus deudas. Esto quiere decir que habrá bastantes créditos que quedarán pendientes de pago, lo que hará aumentar las tasas de morosidad.

Incremento de los niveles de desempleo

En muchos casos, el concurso de acreedores acaba con la liquidación de la empresa, lo cual da lugar a que sus empleados se queden sin trabajo. Dado que se prevé que muchas empresas sean liquidadas próximamente, es lógico pensar que sus trabajadores acabarán desempleados, lo que impactará sobre las cifras de desempleo.

¿Están a tiempo las empresas de tomar medidas? 

Quedan algunos meses para el fin de la moratoria. Para muchas empresas ya es demasiado tarde, pero hay algunas que todavía podrían encontrar una solución a la situación en la que se ven metidas en la actualidad.
Lo importante es no dejar pasar más tiempo y pasar a la acción de manera inmediata, buscando nuevas vías para aumentar la rentabilidad y disponer de más liquidez. El objetivo es que, aunque sea necesario entrar en concurso, la organización pueda sobrevivir a él, liquidar sus deudas y comenzar de nuevo.