Gestión de activos y pasivos: ¿Cómo equilibrar la estructura de capital de la empresa?

La gestión financiera es fundamental dentro de la administración de cualquier empresa. Por eso, uno de sus principales cometidos es lograr un equilibrio financiero que permita alcanzar la estabilidad económica suficiente como para crecer y desarrollarse a largo plazo. 

Para lograr ese equilibrio es necesario realizar una gestión adecuada de los activos y pasivos, ya que hacerlo de manera efectiva influirá directamente en la estructura de capital de la empresa. 

¿Qué es el equilibrio financiero y por qué es importante obtenerlo?

Cuando hablamos de equilibrio financiero nos referimos a la capacidad que posee cualquier empresa de cumplir con sus obligaciones financieras de manera efectiva. Para conseguir dicho equilibrio, los activos deben superar los pasivos. De esta manera, se garantiza la liquidez y la solvencia. Si una empresa alcanza el equilibrio financiero logra:

• Dar continuidad a su negocio, pues será capaz de cubrir los costes y mantener un flujo de caja positivo que sirva de colchón financiero en situaciones de insolvencia. 
• Resultar atractiva de cara a posibles inversores. En algún momento de la vida de cualquier empresa puede resultar interesante buscar nuevos inversores. Y para atraerlos es necesario contar con una estructura de capital equilibrada. Si se logra, se obtiene acceso a más socios potenciales y, por tanto, aumentan las posibilidades de financiación y oportunidades de crecimiento. 

Gestión efectiva de activos y pasivos

Para conseguir equilibrar la estructura de capital de la empresa hay que realizar una gestión efectiva de los activos y pasivos que la componen. Pero ¿cómo hacerlo? Existen algunas estrategias clave:

1. Controlar la liquidez para asegurar la solvencia

• El activo corriente (aquel compuesto por el efectivo, las cuentas por cobrar o el inventario) debe superar al pasivo corriente, que se compone de las deudas a corto plazo y las cuentas por pagar. 
• Controlar el nivel de solvencia de la empresa. Para ello es necesario evaluar la solvencia a largo plazo y medir el nivel de endeudamiento, que debe ubicarse entre el 40% y 60% para que sea óptimo. 

2. Vigilar los gastos

Un buen equilibrio de la estructura de capital de la empresa pasa por el control de gastos. Este se realiza. 

• Identificando y reduciendo aquellos costes que no son necesarios con el fin de mejorar la rentabilidad y aumentar la liquidez. 
• Revisando y optimizando los gastos variables y fijos. Siempre hay que buscar nuevos proveedores y servicios que permitan optimizar los gastos y aumentar el flujo de caja. Otra opción puede ser renegociar con proveedores existentes con el fin de buscar mejores condiciones.

3. Realizar inversiones estratégicas

Toda compañía cuenta con un capital fijo en su haber al que puede sacar cierta rentabilidad. Si se desea obtener un retorno favorable y contribuir al crecimiento empresarial a largo plazo, lo ideal es invertir parte de este dinero en proyectos y activos. 

Al hacerlo, recuerda diversificar tus inversiones con el fin de reducir los niveles de riesgo. 

4. Gestionar la deuda

Si tienes deuda pendiente, como, por ejemplo, créditos, lo mejor es:

• Reestructurar la deuda aprovechando las tasas de interés más bajas.
• Evaluar la duración de la deuda para aliviar la carga del pasivo corriente.

5. Desarrollar una buena planificación financiera

La planificación financiera es un proceso estratégico consistente en gestionar y organizar los recursos financieros de una empresa. Esto implica la creación de estrategias de inversión, una buena gestión de riesgos, la optimización de la estructura de capital o la creación de presupuestos. 

Realizando una buena planificación seremos capaces de garantizar la salud financiera y el crecimiento de una compañía. Para realizar una planificación efectiva es aconsejable:  

• Alinear los ingresos y gastos para mantener un presupuesto equilibrado. 
• Desarrollar planes financieros a largo plazo. 

Importancia de la estructura de capital

La estructura de capital se calcula teniendo en cuenta el capital que usamos para financiación por medio de deuda y capital propio. Equilibrar esta estructura es fundamental porque:

• Nos da la oportunidad de optimizar el costo de capital, reducir los costes de financiación y mejorar la rentabilidad general. 
• Permite reducir los riesgos, ya que nuestra empresa dependerá menos de la deuda. 
• Facilita la toma de decisiones, ya que la compañía tendrá la posibilidad de aprovechar las oportunidades estratégicas de inversión que surjan si necesidad de comprometer su equilibrio financiero. 

En resumen, una buena gestión de activos y pasivos es fundamental para alcanzar el equilibrio financiero en cualquier empresa. Además, permite optimizar la estructura de capital, Si implementamos estrategias efectivas con este fin conseguiremos que la salud financiera de nuestra compañía sea correcta, lo cual atraerá nuevos inversores y asegurará nuestra continuidad empresarial.