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La contabilidad de una empresa debe tener en cuenta numerosos factores para garantizar una buena salud financiera. Las provisiones contables son un concepto esencial para gestionar posibles riesgos futuros, afrontar pagos y cumplir con las obligaciones.
El Plan General de Contabilidad define las provisiones contables como «obligaciones expresas o tácitas a largo plazo, claramente especificadas en cuanto a su naturaleza, pero que, en la fecha de cierre del ejercicio, son indeterminadas en cuanto a su importe exacto o a la fecha en que se producirán».
Por tanto, las provisiones contables deben anotarse en el pasivo, ya que es una cantidad de fondos que la empresa guarda para hacer frente a ciertos gastos. Estas provisiones se realizan al final del ejercicio de cada año y su cuantía es una estimación.
Este mecanismo permite ajustar los resultados del ejercicio teniendo en cuenta gastos que se producirán a corto, medio o largo plazo. Las provisiones contables son obligatorias en España, según el Plan General de Contabilidad (PGC), y también en los países que aplican las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). Las empresas deben reflejar estas cantidades en sus cuentas para garantizar la transparencia de su situación financiera.
Además de ser una obligación, las provisiones contables aportan ventajas a la empresa, ya que permiten conocer con mayor precisión el pasivo y las pérdidas esperadas. De esta manera, facilitan la planificación financiera a largo plazo.
Existen diferentes tipos de provisiones contables, que se pueden agrupar en tres grandes bloques:
Profundizando algo más en las provisiones contables, en términos generales, sirven para cubrir riesgos a los que la empresa puede estar expuesta. Estos son los tipos de provisiones más frecuentes:
Es un hecho que las deudas de algunos clientes morosos no se podrán cobrar. Por tanto, la empresa debe hacer una estimación del dinero que prevé que no va a recuperar.
Las máquinas, herramientas y vehículos pierden valor con el paso del tiempo. Estimar la depreciación de activos permite distribuir este coste a lo largo de la vida útil de los bienes.
Los costes asociados a reparaciones o reemplazo de productos en garantía son otro tipo de provisiones contables. Se pueden estimar según los datos históricos y la tasa de errores.
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Indemnizaciones por despido, seguros de salud, pensiones, etc. son costes a largo plazo que la empresa debe reflejar en sus obligaciones actuales y futuras respecto a sus empleados.
Si la empresa está valorando realizar una reestructuración, debe crear una provisión contable para cubrir los gastos previsibles, como indemnizaciones o cierre de instalaciones.
En un momento u otro, todas las empresas pueden verse inmersas en un litigio. Las provisiones contables para demandas o reclamaciones deben tener en cuenta posibles multas, indemnizaciones y gastos legales.
Los estados financieros deben reflejar las obligaciones fiscales, por lo que se puede hacer una provisión contable para los impuestos estimados que se esperan pagar en el futuro.
La contabilización de provisiones se debe hacer mediante el Plan General Contable, donde se puede comprobar el tipo de cuenta óptimo para cada riesgo.
Cada provisión se registra en el «debe» de la cuenta de gastos correspondiente. Al finalizar el ejercicio, se anotan los gastos financieros por actualización de provisiones. La cuenta de gastos financieros por actualización de provisiones es la 660. Si se ha producido un exceso de provisión, se emplea la cuenta 795 para anotar la diferencia positiva al cierre del ejercicio.
Si las provisiones contables se utilizan incorrectamente, pueden afectar a la cuenta de resultados de la empresa. Conviene evitar modificar el resultado contable con el objetivo de ofrecer mayores beneficios a los socios o para reducir el Impuesto sobre Sociedades.
Las provisiones contables prevén los riesgos y compromisos a los que se puede enfrentar la empresa. Aunque se trata de una estimación, conviene hacer cálculos realistas para que el resultado sea un reflejo lo más fiel posible de la situación financiera.
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