Los cambios de la responsabilidad social corporativa (RSE) en la nueva normalidad

La pandemia de covid-19 ha cambiado el mundo. En esta nueva normalidad en la que poco a poco nos vamos instalando, somos conscientes de que muchas prioridades sociales también han dado un giro importante. Esto es algo que afecta de manera directa a las empresas y que ya está causando cambios en la responsabilidad social corporativa (RSE) o Environmental, Social and Corporate Governance (ESG), como se conoce en inglés.

¿Cómo ser una empresa socialmente responsable en la era poscovid-19?

Hace ya años que las corporaciones se preocupan por algo más que por ganar dinero. Son conscientes de que juegan un importante papel en el desarrollo económico y social, por lo que deben actuar con responsabilidad.

En el escenario actual, las nuevas políticas de RSE van a girar, básicamente, en torno a tres aspectos:

1. Gestión medioambiental

Los efectos del cambio climático empiezan a ser muy evidentes y cada vez queda menos tiempo para tomar medidas que ayuden a frenarlo. Precisamente por ello, hace ya algunas décadas que las empresas han convertido la sostenibilidad en uno de los valores que marcan su estrategia.

Además, los diferentes organismos europeos y mundiales han hecho especial hincapié en la vertiente sostenible en la estrategia empresarial, reforzando positivamente la voluntad de las empresas para desarrollar su actividad sin un impacto ecológico tan presente.

Este refuerzo se manifiesta a través de incentivos económicos como la adjudicación de los fondos europeos o subvenciones y reconocimientos al crecimiento empresarial sostenible.

La llegada de la pandemia nos ha demostrado que no cuidar nuestro entorno puede tener, para los seres humanos, consecuencias que van más allá de los cambios en el clima. Por ejemplo, la rápida propagación de nuevas enfermedades o los problemas de salud derivados de la contaminación ambiental.

Por eso, en este nuevo escenario, son muchas las empresas que van a reforzar la RSE en lo referente a la gestión medioambiental. ¿Cómo? Implantando nuevos protocolos para que el desarrollo económico y social no estén reñidos con la conservación del entorno.

Más allá de las medidas para intentar reducir la huella de carbono, la formación de los empleados se perfila como fundamental para que las organizaciones logren su objetivo de ser más sostenibles.

2. Salud y bienestar de los trabajadores

En estos últimos meses hemos aprendido que la salud tiene mucho más valor del que le damos habitualmente. No solo la pandemia se ha extendido por el mundo, también los problemas relacionados con la salud mental lo han hecho, ya que muchos conflictos han salido a la superficie a raíz del estrés de la situación vivida.

Los trabajadores han demostrado que son capaces de adaptarse incluso a las circunstancias más difíciles y seguir dando el 100 %. Un buen ejemplo de ello es la rápida adaptación al teletrabajo que se produjo a principios de 2020, tras decretarse el confinamiento domiciliario.

Ahora, las empresas son mucho más conscientes del valor que tiene su plantilla y de lo importante que es proteger la salud física y mental de sus empleados. Por ello, muchas están incluyendo mejoras en materia de protección de salud entre sus políticas de RSE.

Por ejemplo, ofrecer menús saludables en el comedor de la empresa, establecer medidas de conciliación, alternar el teletrabajo con el trabajo presencial o fomentar prácticas saludables como la realización de ejercicio.

3. Integración laboral

Este aspecto supone todo un reto para las empresas ya que, más que nunca, tendrán que ser capaces de demostrar que están dispuestas a hacer todo lo posible para conseguir una buena integración laboral de aquellas personas que tengan dificultades para acceder a un puesto de trabajo. Medidas como la reserva de puestos de empleo para quienes tienen una incapacidad reconocida, o la adaptación de las instalaciones, son ahora más necesarias que nunca. 

No cabe duda de que la pandemia nos ha dejado un panorama bastante complejo tras su paso y que afrontar la nueva normalidad es un reto tanto para las empresas como para los ciudadanos.

Es ahora cuando son necesarias empresas que se preocupen de verdad por el entorno en el que desarrollan su actividad y estén dispuestas a adoptar medidas que promuevan un avance social del que todos podamos beneficiarnos. Para lograrlo, la RSE es su mejor herramienta.