Initial Coin Offering (ICO): la revolución de la financiación empresarial dentro del mercado de las criptomonedas

La tecnología ha cambiado radicalmente el día a día de las personas y las empresas. Está presente en todos los ámbitos de la vida y de los negocios, ¿cómo no iba a estarlo también en la financiación? Las ICO han llegado para revolucionar la financiación empresarial a través de las criptomonedas.

¿Qué son las ICO?

Una Initial Coin Offering (ICO) es una oferta inicial de criptomonedas. A través de ella se busca financiar el nacimiento de una nueva moneda digital.

Las criptomonedas se minan. Se van creando a lo largo del tiempo y aparecen de forma espontánea pero, para que puedan surgir, debe haber mineros que pongan a disposición de la compañía que está detrás del proyecto su potencia computacional.

Lo que hace el creador del proyecto es diseñar el software para minar moneda digital y ponerlo a disposición de aquellos que quieran ejercer de mineros. Como es lógico, todo esto tiene un coste, y eso es precisamente lo que se quiere financiar a través de la ICO.

El inversor cede su dinero al creador del proyecto y, a cambio de este, recibirá unos tokens o monedas cuyo valor es previsible que crezca en el futuro.

ICO y proyectos basados en el blockchain

Aunque el término blockchain nació muy ligado a las criptomonedas, a día de hoy ésta cadena de información protegida a través de criptografía ha adquirido mucho valor por sí misma y tiene múltiples campos de aplicación. 

Se emplea el blockchain para trabajar en la nube y proteger la información, para garantizar la autenticidad de los datos, etc. Siempre que se quiera utilizar la cadena de bloques debe haber una moneda digital asociada a la misma. Esto quiere decir que también se puede crear una ICO para financiar un proyecto que esté relacionado con blockchain, pero no directamente con el minado de criptomonedas.

¿Funcionan realmente las ICO?

La experiencia nos demuestra que sí. Aunque todavía hay muchas personas que no están al corriente de cómo funcionan las criptomonedas o de las múltiples funcionalidades que puede llegar a tener el blockchain, lo cierto es que también hay muchas que conocen los buenos rendimientos que puede dar invertir en este tipo de tecnologías. Un ejemplo claro lo vemos en la ICO de Ethereum, que logró recaudar algo más de 18 millones de dólares antes de que el proyecto se pusiera en marcha. 

Las criptomonedas son toda una novedad en el panorama económico. No cuentan con una regulación detallada ni funcionan al estilo del dinero tradicional, y eso las hace tremendamente atractivas.

Hasta el momento, la experiencia nos ha demostrado que muchas de las nuevas monedas digitales pueden subir de precio rápidamente. Por tanto, participar en una ICO es una buena forma de obtener tokens a un precio más bajo y poder venderlos luego a un precio bastante más elevado o, en su defecto, usarlos para adquirir bienes y servicios.

De las finanzas 2.0 a las 3.0

Hace unos años, el sistema de crowdfunding (finanzas 2.0) supuso toda una revolución frente a las formas de financiación clásicas. De hecho, democratizó el acceso a la financiación, permitiendo que muchos emprendedores pudieran sacar adelante su proyecto a través del micromecenazgo.

Las ICO son un paso más allá, que nos lleva directamente a hablar de finanzas 3.0. Cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo, puede financiar un proyecto de desarrollo de criptomonedas o de blockchain y obtener inmediatamente por ello unos tokens. Un activo digital que puede usarse de la forma que se estime más conveniente: lo puede usar o se lo puede guardar a la espera de que aumente su valor.

La facilidad con la que funciona este sistema y lo sencillo que resulta para los inversores poner su dinero en un proyecto interesante y rentable son las características que han permitido que en los últimos años se dispare el número de criptomonedas disponibles, así como que se haya desarrollado y extendido rápidamente la tecnología blockchain.

Esta forma de inversión es cada vez más conocida y más transparente, por lo que está atrayendo a un buen número de personas. Está claro que la financiación 3.0 ha llegado para quedarse y que las ICO darán mucho de qué hablar en los próximos años.