Cómo llevar a cabo una reestructuración de deuda corporativa

La dirección financiera de una empresa debe velar por la solvencia económica y la liquidez para afrontar pagos. Cuando se detectan síntomas de que la salud de las finanzas no es buena, el responsable de las mismas puede proponer una reestructuración de la deuda corporativa.

Hoy analizamos las características esenciales de un plan de reestructuración de deuda empresarial, sus ventajas y cómo ponerlo en práctica.

Beneficios e inconvenientes de reestructurar la deuda corporativa

La reestructuración de la deuda puede ser una herramienta muy útil para mantener el equilibrio en las finanzas y hacer frente a los compromisos económicos. No obstante, también puede tener algunos inconvenientes que conviene conocer.

Beneficios de la reestructuración de la deuda

Los principales beneficios de refinanciar la deuda corporativa son los siguientes:

• La renegociación de préstamos o deudas puede aliviar la carga financiera y mejorar el flujo de efectivo. 
• El reajuste puede ser la mejor opción para evitar la quiebra y encontrar soluciones para preservar el negocio y el empleo.
• La empresa puede cumplir con sus obligaciones renegociando unas condiciones más favorables en cuanto a plazos e intereses.
• La relación con los acreedores se puede fortalecer con una comunicación transparente, lo que facilita posibles negociaciones en el futuro.

Además, la reestructuración de la deuda brinda una base sólida para impulsar el crecimiento y aumentar la competitividad de la empresa.

Inconvenientes de la refinanciación

Estos son algunos inconvenientes que se pueden producir al refinanciar la deuda corporativa: 

• La calificación crediticia de la empresa se puede ver perjudicada a largo plazo.
• La renegociación puede implicar costes adicionales que conviene valorar junto con los beneficios.
• El nuevo acuerdo puede suponer la pérdida de activos, limitaciones en la distribución de dividendos y controles más estrictos.

Finalmente, una operación de esta naturaleza podría impactar negativamente en la reputación corporativa. Para conservar una imagen sólida, es recomendable mantener una política de comunicación transparente.

Etapas del proceso de reestructuración de deuda

La reestructuración puede ser beneficiosa tanto para la empresa como para los acreedores. Lo más importante es diseñar una estrategia que contemple las etapas clave y los mecanismos que conviene poner en marcha.

Los pasos para llevar a cabo una refinanciación exitosa son los siguientes: 

1. Analizar la situación actual de la empresa

El análisis de la situación implica estudiar las razones que han desembocado en una necesidad de reestructuración. Además, habrá que valorar la viabilidad del modelo de negocio, la posición competitiva en el mercado y los riesgos asociados. 

2. Elaborar un resumen ejecutivo 

El resumen ejecutivo que se presentará a los acreedores debe contener información clave sobre la empresa y su sector. En el documento se incluirán, entre otros, datos sobre la estructura organizativa, el accionariado, los logros conseguidos hasta la fecha, la propuesta de valor, la situación actual del mercado y los mecanismos para mitigar riesgos futuros.

3. Diseñar un modelo financiero

El modelo financiero debe aportar datos objetivos y cuantificables sobre los riesgos, la rentabilidad y la capacidad de devolución de deuda. Este informe se presentará a las entidades financieras con las que se desea llegar a un acuerdo de reestructuración de la deuda. 

El documento debe incluir lo siguiente:

• Análisis histórico de los datos financieros
• Evolución de la cuenta de resultados
• Balance de rentabilidad y flujo de caja
• Desglose de la deuda actual por producto, importe y fecha de vencimiento
• Previsión de cuentas de resultados a partir del histórico financiero

Para negociar desde una posición favorable, las estimaciones de ventas, costes fijos y necesidades de fondos deben ser realistas y acordes con la evolución del sector y la empresa.

4. Proponer una estrategia de reestructuración

La estrategia de reestructuración debe basarse en un modelo que contemple plazos, costes y garantías realistas en función del flujo de caja, el riesgo y la rentabilidad. Además, conviene plantearse la posibilidad de otras acciones, como entrada de nuevos socios o ampliaciones de capital de los accionistas, para fortalecer el patrimonio de la empresa.

5. Comenzar las negociaciones 

Si los pasos anteriores han sido bien ejecutados, la empresa estará preparada para negociar en condiciones ventajosas. El éxito del proceso depende en gran medida de que la compañía presente informes que aporten credibilidad.

Las entidades financieras no desean asumir riesgos con clientes morosos. Por tanto, estarán dispuestas a sentarse para alcanzar nuevos acuerdos que beneficien a ambas partes. La reestructuración de la deuda corporativa puede ser una oportunidad para fortalecer las relaciones con las fuentes de financiación.