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Muchos cometen un error al pensar que la capacidad para hacer varias tareas a la vez es sinónimo de excelencia en el trabajo. Pero nada más lejos de la realidad. Tal vez ocupes todo tu tiempo en multitud de actividades, pero eso no significa que seas eficaz en todas ellas. Las personas productivas no son las que pasan más horas en la oficina ni tampoco las que hacen varias cosas a la vez. Sus esfuerzos se miden en términos de eficacia. Para obtener resultados debes saber priorizar, planificar y centrarte en lo que realmente es importante.
A continuación, te proponemos una lista con algunas de las actitudes que diferencian a un trabajador productivo de uno que no lo es.
Ni puedes hacerlo todo a la vez ni puedes quedar bien con todo el mundo. Antes de decir sí a un trabajo o de emprender cualquier tarea, piensa en el tiempo que te va a suponer hacerlo. Tal vez no sea lo suficientemente importante como para que gastes todas tus energías en ello. Empieza por hacer aquello que va a ser más beneficioso para ti y también para tu empresa. Además, evitarás el tan temido estrés.
Y para priorizar, antes debes planificar tus tareas y calcular el tiempo que te llevará cada una de ellas. ¿Cuáles son las más importantes y urgentes? ¿A cuáles les puedo dedicar más horas? ¿Hay alguna que me reporte más beneficios que otra? Son sólo algunas de las preguntas que te deberás hacer antes de ponerte a trabajar. Cuando establezcas unos plazos, asegúrate de que pueden cumplirlos.
Sé sincero contigo mismo y piensa en si realmente estás capacitado para alcanzar todas las metas que te has planteado. No te impongas demasiados retos porque sólo tendrás tiempo para cumplir adecuadamente unos pocos. Tus esfuerzos deben ir encaminados a la consecución de unos cuantos objetivos, aquellos que realmente puedas alcanzar y con los que logres el éxito que deseas. Además, ¿estás realmente preparado para hacer determinadas tareas? Piensa en lo frustrado que te sentirás cuando veas que has empezado algo que no eres capaz de terminar.
Dedica todo el tiempo que sea necesario a hacer un trabajo que realmente sea importante tanto para ti como para la empresa. La concentración es muy difícil de conseguir y por eso no debes distraerte con tareas que no te aporten nada. Para ser productivo en tu trabajo evita poner tu atención en actividades que, o bien pueden hacer otros, o bien puedes realizar en otro momento.
Es cierto que para muchos empresarios la capacidad de una persona para hacer muchas tareas es una virtud pero esto no significa que destaques en todas ellas. La especialización es la garantía de que un trabajo va a estar bien hecho. Para ello no dudes en invertir tiempo y dinero en mantenerte constantemente actualizado sobre cuestiones relativas a tu profesión. El aprendizaje será el principal aliado de tu capacidad productiva.
No hay excusas. Si dices que sí a un trabajo debes de tener muy claro que serás capaz de hacerlo. Una persona productiva analiza la situación antes de actuar y no acepta ofertas que más tarde no podrá cumplir. Como trabajador debes aportar soluciones y no lo podrás hacer si te enfrentas a una tarea que te viene grande o que simplemente no sabes cómo hacer.
Y tú, ¿te mantienes ocupado o eres una persona realmente productiva?
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