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Ser trabajador por cuenta propia en España conlleva una serie de obligaciones que no siempre son fáciles de cumplir. Su descontento es un tema recurrente en cualquier foro de discusión sobre sus condiciones laborales. Pero ¿hay razones suficientes para tanta insatisfacción? Antes de comparar la situación nacional con la de otros países, conviene conocer algunos datos sobre el perfil autónomo español.
Según un informe de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), estos han generado en el último año más de 70.000 empleos netos, lo que supone un ritmo de crecimiento del 5,5%, dos puntos por encima del que tiene el empleo por cuenta ajena en España. Para Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, este es un dato especialmente importante ya que son ellos los que sustentan buena parte del crecimiento económico y por lo tanto la consiguiente salida de la crisis.
“Apoyar la consolidación de sus actividades y facilitarles el seguir creando empleo es fundamental para que este país respire de una vez. Hemos creado más empleo asalariado que el año pasado, (…) y es un empleo que perdura en el tiempo. No nos pueden dejar de lado”
– Lorenzo Amor.
¿A qué dificultades se enfrenta entonces el autónomo español? Para conocerlas, estableceremos una comparativa con otros países.
Si tenemos en cuenta lo que pagan los autónomos en otros países, la cuota nacional no es barata. En nuestro país se paga mensualmente el 29% de la base de cotización elegida, que por lo general suele ser la mínima. Haya o no ingresos, el importe suele rondar los 270 euros. En este punto hay que aclarar que la nueva ley de autónomos contempla aumentar a un año la tarifa plana de 50 euros al mes.
En países como Reino Unido o Francia, la cuota se fija en relación a los ingresos que se perciban y en otros, como Estados Unidos, Italia o Portugal, los autónomos no deben abonar nada mensualmente. Otro ejemplo es el de Alemania, en donde el autónomo sólo paga entre 150 y 240 euros de seguro médico obligatorio, siempre y cuando no supere los 1.700 € de ingresos.
En España tanto la tarifa plana como la cuota completa de casi 300 euros al mes da derecho a la atención sanitaria gratuita, a bajas por maternidad o enfermedad y a pensión de jubilación. Aunque en este último caso su cuantía es notablemente inferior a la que tiene un trabajador por cuenta ajena. La cantidad recibida en las prestaciones (que ya de por sí no es muy alta) se ve reducida notablemente al tener que seguir pagando la cuota mensual.
Si analizamos otros países vemos en muchos de ellos estas coberturas están sometidas al co-pago y en otros, como en el caso de Holanda, Alemania o Estados Unidos, el autónomo debe pagar su propio seguro médico. No sucede lo mismo en el Reino Unido donde si tiene derecho a cobrar una pensión o la prestación por fallecimiento.
Cada tres meses, los autónomos españoles deben pagar a Hacienda el IVA por los ingresos que reciben al ejercer su actividad. En la actualidad es un 21%.
En otros países no se paga el IVA pero sí se tributa en función de lo que se gana. En el caso de Estados Unidos es un 15%, en el de Italia un 20% y en el de Portugal el mínimo está en el 24,5% de los beneficios anuales.
En Alemania sí existe el IVA pero hay diferencias con respecto a España. Si el autónomo es menor de treinta años o no llega a un mínimo de facturación, no está obligado a incluirlo en sus facturas.
¿Qué opinas de la situación de los autónomos en España? ¿Es su situación peor que en otros países?
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