Facturas: ¿Qué tipos existen?

Una factura es un documento de carácter mercantil que indica una compraventa de bienes o servicios y que, entre otras cosas, debe incluir toda la información de la operación a la que hace referencia. La factura es un documento acreditativo de una transferencia de un bien o servicio tras la compra del mismo.

¿Qué tipos de facturas existen?

Por regla general existen dos tipos de factura, la factura completa y la factura simplificada. La factura completa incluye todos los aspectos que una factura puede contener, estos son:

• Número de la factura.
• Nombre o razón social del comprador y el vendedor, ya sea una empresa o una persona física.
• NIF del comprador y vendedor así como su dirección fiscal.
• Fecha de expedición de la factura.
• Fecha de la operación cuando esta no coincide con la de expedición.
• Descripción del bien o servicio.
• El precio unitario y el precio antes de impuestos de cada uno de los bienes o servicios.
• Si existe algún descuento o anticipo debe figurar en la factura.
• Impuestos: el Impuesto sobre el Valor Añadido y el tipo que se aplica así como el IRPF.
• La cuota tributaria.
• El importe total de la factura.
• Si la factura está exenta de IVA se debe hacer constar citando la ley de IVA y el artículo por el cual queda exenta.
• En los casos de facturación por el destinatario o de inversión del sujeto pasivo se debe mencionar en la factura.
• En caso de pertenecer al régimen especial de bienes usados o al régimen especial de agencias de viaje también se debe dejar constancia en la factura.

En el caso de la factura simplificada, también conocida comúnmente como Ticket, está debe tener exactamente la misma información que la factura completa exceptuando dos puntos:

• La factura simplificada no incluye los datos del cliente
• El IVA puede señalarse sin desglosar e ir incluido en el precio final pero debe constar el tipo de IVA.

¿Existen tipos adicionales de facturas?

Aparte de la factura completa y simplificada existen cuatro tipos adicionales de facturas. Estas son la factura proforma, la rectificativa, la recapitulativa y la factura electrónica.

Factura proforma

La factura proforma es un presupuesto sin valor fiscal que tiene el carácter de justificante o compromiso de una inversión en el futuro. Debe contener la misma información que una factura completa pero debe seguir una numeración distinta de las facturas ordinarias. Otro aspecto importante con el fin de evitar confusión es que está debe ser nombrada como “Factura Proforma” en su cabecera.

Factura rectificativa

La factura rectificativa es aquella que pretende modificar una factura anterior. Se conoce a las facturas rectificativas como “facturas de abono”. Se debe utilizar una factura rectificativa cuando la factura original no cumple los requisitos establecidos en la ley o cuando se haya producido un error al calcular las cantidades de la misma.

Factura recapitulativa

Una factura recapitulativa es una factura que combina varias facturas de compra o venta que hayamos efectuado en una sola. Esta reúne todas las operaciones que una empresa ha efectuado con un cliente o proveedor y tiene la finalidad de contabilizar facturas agrupadas.

Por ejemplo, cuando hemos emitido varias facturas a un cliente determinado en el período de tiempo de un mes, podremos hacer una factura recapitulativa que incluya toda la información de las facturas emitidas durante dicho periodo de tiempo en una sola factura.

Factura electrónica

Una factura electrónica es a todos los efectos prácticos, una factura. Esta tiene los mismos efectos legales que una factura en papel. Una factura electrónica es una factura cuya expedición y recepción se emite en formato electrónico. La factura electrónica se diferencia principalmente de la factura completa u ordinaria en que supone un evidente ahorro de papel, agiliza las transacciones y otorga un plus de seguridad jurídica al comprador y al vendedor.