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Los últimos datos parecen indicar que España ha dejado atrás la crisis económica y financiera. El PIB encadena 15 trimestres de crecimiento, con una tasa de variación anual del 3%. El desempleo sigue en descenso y baja de los 4 millones de parados por primera vez desde 2009 y aunque lo más probable es que a final de 2017 seguiremos sin alcanzar los objetivos de déficit marcados por Bruselas, se da por hecho que el año que viene dejaremos de estar bajo supervisión de la Comisión Europea.
Sin embargo, desde que se inició la recesión en 2008 varias empresas españolas han sufrido graves problemas financieros de los que es necesario aprender varias lecciones. Una de las más icónicas es probablemente Abengoa, punta de lanza de las compañías españolas en el sector de las energías renovables y caso de éxito por su dinamismo y apuesta por la investigación y desarrollo, hasta que se encontró en una situación de “crash” financiero. Durante varios años, la firma sevillana creció de manera desbocada a lo largo y ancho de todo el mundo a costa de crédito, apostando por proyectos empresariales arriesgados que requerían fuertes inversiones en pasivo. En 2015 el grupo andaluz solicitó el preconcurso de acreedores al no tener liquidez para hacer frente a sus gastos.
Aunque el ejemplo de Abengoa parezca algo lejano por tratarse de una gran multinacional, sirve para ilustrar la importancia del diseño de una estrategia financiera para que las empresas crezcan de forma sana, equilibrada y sostenible. A continuación enumeramos los diez errores más comunes en las estrategias financieras de las empresas.
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Ya sabemos cuáles son los errores más comunes en la estrategia financiera de las empresas pero, ¿es posible evitarlos? La respuesta es “sí”. Aplicando las medidas de control adecuadas, podemos diseñar estrategias financieras correctamente y detectar los errores cuando estos ocurran. En líneas generales, existen dos tipos de actividades de control. Como sus propios nombres indican, las medidas preventivas ayudan a evitar las desviaciones antes de que ocurran, mientras que aplicando los sistemas de control detectivos, descubriremos los desajustes que ya se estén dando y que a simple vista pasen desapercibidos.
Normalmente es el director financiero el responsable de la elección de unos mecanismos u otros en función de la naturaleza de la empresa. Incluso en ocasiones se puede optar por una combinación de ambos sistemas. Además del director financiero, para gestionar de forma eficiente los recursos, es fundamental la figura del controller, quien se encargará de dialogar con los equipos e implantar las medidas adoptadas por la dirección de la empresa. Puedes aprender más sobre la figura del controller en esta guía gratuita de Captio.
En definitiva, diseñar una estrategia financiera adecuada puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso de una empresa. El establecimiento de unos objetivos medibles y alcanzables, el diseño de una planificación y de unos presupuestos, la creación de unos canales de información internos y externos, así como el desarrollo de mecanismos de control y de gestión nos ayudarán a mantener el rumbo de la empresa y a tomar medidas de ajuste cuando sea necesario.
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