¿Eres un adicto al trabajo?

El amor al trabajo, la pasión por una afición o el interés por lograr unos objetivos profesionales no determinan necesariamente un comportamiento patológico. Sólo cuando estas virtudes se convierten en adicción, podemos hablar de workaholism.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Bergen (Noruega) y publicado en mayo de este año por la revista científica PLoS ONE aportó algunas claves para entender en qué consiste esta enfermedad y por qué se produce.

Tras analizar todas las muestras, los responsables del estudio también vieron que las personas más jóvenes, de sexo femenino, gerentes o trabajadores por cuenta propia tenían más posibilidades de ser clasificados como adictos al trabajo en comparación con otros grupos de población.

Para diagnosticar a este tipo de adictos tuvieron en cuenta siete cuestiones, valoradas en una escala de 5 puntos que van desde nunca (1) hasta siempre (5):

1. ¿Piensa en cómo obtener más tiempo para poder trabajar más?

2. ¿Pasa más tiempo en el trabajo de lo previsto?

3. ¿Trabaja para reducir el sentimiento de culpa, la ansiedad o la depresión?

4. ¿Le han dicho que trabaje menos pero no ha hecho caso?

5. ¿Si le dicen que no trabaje, se estresa?

6. ¿Deja de lado su tiempo de ocio por el trabajo?

7. ¿El exceso de trabajo ha influido negativamente en su salud?

¿Cómo sé si soy un adicto al trabajo?

Teniendo en cuenta las preguntas anteriores, te proponemos un ejercicio. Valora la respuesta a cada una de ellas con un número del 1 (nunca) al 5 (siempre). Se puede considerar que tienes un problema con el trabajo si en tus respuestas has anotado 4 o 5.

¿Puedo evitar el problema?

• El primer paso, al igual que ocurre con otras adicciones, es el de reconocer que se tiene un problema. Si te sientes culpable cuando no estás en la oficina o eres incapaz de desconectar de lo que sucede en ella, lo más probable es que te estés metiendo de lleno en una adicción.

• Establece unos horarios y oblígate a cumplirlos. Olvídate de sobrecargar tu agenda. El trabajo no puede acabar con tu vida familiar o de ocio. Reserva horas para ti y los tuyos.

• No lleves el trabajo a casa. Puede que seas un perfeccionista o que no te fíes del trabajo de los demás, pero esto no es excusa para compartir cama con tu obsesión laboral.

• Apaga el móvil y el ordenador. Este es un problema que no tiene fácil solución, sobre todo en la época en la que vivimos ya que las nuevas tecnologías nos permiten estar en contacto con todos y con todo en cualquier parte y momento.

• Busca actividades al margen de tu trabajo. Es decir, no desprecies tu tiempo de ocio, ya sea solo o en compañía de tus amigos o familiares. Deberás buscar una actividad que despierte tu interés y que te permita evadirte por unas horas de tu profesión.

• Terapia. En muchos casos necesitarás buscar la ayuda de un especialista. Superar una adicción no es tarea fácil pero con el tratamiento adecuado podrás acabar con ella.

• Practica ejercicio físico: Busca aquella actividad que más te motive y disfrutes mientras la practicas. El deporte es la mejor forma de desconexión que existe, no solo ganarás salud física sino también mental.

¿Cuál es tu técnica favorita para desconectar del trabajo?