Compliance financiero: en qué consiste, cuáles son sus claves y cómo debe ejecutarse

En 2015 se produjo un cambio legislativo muy importante. Desde ese momento, las empresas tienen responsabilidad penal por las infracciones que puedan cometerse a través de ellas.

A raíz de la inclusión de esta responsabilidad penal, las organizaciones empezaron a desarrollar normas internas para asegurarse de cumplir escrupulosamente con la ley a nivel penal, laboral o financiero. Así es como surge el compliance.

¿Qué es el compliance financiero?

El compliance es un sistema de gestión, un conjunto de normas que se aplican dentro de la empresa y tienen como objetivo asegurarse de que esta cumple con la normativa legal vigente en todas sus operaciones.

La versión financiera se refiere, como su propio nombre lo indica, a un conjunto de normas que buscan asegurar que las acciones de la empresa no lleguen nunca a constituir un fraude ni a infringir la normativa económica y financiera.

Por sus propias características, el sector financiero está sometido a una gran cantidad de riesgos y su marco regulador es muy estricto. Baste como ejemplo la normativa sobre prevención de blanqueo de capitales establecida a nivel europeo.

Lo que se busca con el compliance financiero es que la empresa actúe de manera totalmente legal en materia financiera, protegiendo así al mercado en su conjunto. Porque con este sistema se evitan conductas que puedan suponer un riesgo para el mercado o afectar a la competencia.

Claves del compliance financiero

La corrupción es una vieja conocida dentro del sector empresarial. Durante décadas las prácticas abusivas y lesivas para la competencia estuvieron a la orden del día. Tanto que incluso la CNMV tuvo que hacer una advertencia pública sobre la gran cantidad de irregularidades que se estaban detectando, muchas de ellas provenientes de grandes empresas cotizadas.

Los escándalos de fraude financiero empresarial que han salido a la luz en los últimos años han hecho que el compliance se vuelva más importante que nunca. A través de él se intenta establecer un control de Gobierno, Riesgos y Cumplimiento Normativo (control GRC).

Mediante el compliance se quiere tener un mayor control sobre el negocio, hacer una buena toma de decisiones, mejorar el conocimiento que existe sobre los órganos de gobierno del negocio, desarrollar una cultura empresarial orientada al cumplimiento de los objetivos, así como mejorar el cumplimiento regulatorio y hacer que este aporte un valor añadido al negocio.

La importancia de esta disciplina se puede observar en las normas relacionadas que se han aprobado en los últimos años, como la Ley 44/2002, de 22 de noviembre, de Medidas de Reforma del Sistema Financiero (que habla de la necesidad de que los bancos implanten un código ético) y la Directiva MiFID II aprobada por el Parlamento Europeo en 2018.

Cómo se implementa y ejecuta el compliance financiero

Para poder implantar y ejecutar el compliance financiero, se deben tener en cuenta ciertos factores. Los principales son:

1. Elegir al compliance officer

Lo primero es designar al compliance officer, la persona encargada de diseñar, supervisar y controlar la implantación de las normas de compliance financiero.

Debe ser alguien de la organización que sea experto en la materia y tenga dotes de liderazgo. Él será el catalizador del cambio. Además, para poder desarrollar su labor, debe contar con un equipo humano bien capacitado.

2. Adaptar la metodología a la forma de trabajo

Si el compliance implica un cambio radical en la forma de trabajar de la organización, lo más probable es que no sea respetado. Lo ideal es que se trate de medidas que puedan ajustarse a la manera habitual de trabajar, sin que supongan un cambio demasiado radical.

Cuanto más sencillo les resulte a los trabajadores cumplir las normas, más dispuestos estarán a hacerlo.

3. Incorporar estas normas a la cultura empresarial

Hay que procurar que los principios y las formas de actuar de los miembros de la organización, lo que se conoce como cultura empresarial u organizativa, estén en consonancia con los principios y la metodología de actuación que prevé el nuevo código ético.

4. Formar a los empleados

Una vez que el nuevo código ético está listo, es imprescindible que los empleados reciban formación para saber cómo tienen que comportarse a partir de ese momento y cuáles son las razones por las que se les exigen esos ajustes. Saber gestionar el cambio es de vital importancia para que el compliance sea exitoso.

El compliance financiero es una auténtica necesidad para las empresas. No solo es una manera de evitar posibles responsabilidades por fraude, también es una buena opción para garantizar ante la sociedad que se trabaja de la forma más ética posible, lo que contribuye a mejorar la imagen de la marca.