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Después de dos décadas marcadas por la irrupción y desarrollo de Internet y la mayor crisis financiera vivida hasta el momento, la previsión para los años posteriores a 2020 se basaban en una nueva era de bonanza económica y una evolución tecnológica sin precedentes ligada a la producción y la industrialización.
Con la irrupción de la pandemia, las expectativas puestas en los nuevos años 20 se esfumaron, provocando un cambio total en el ámbito social, político y económico.
Con este cambio sin precedentes a escala global, muchos expertos han empezado a percibir la aparición de nuevas tendencias y la aceleración o desaparición de otras. En este artículo te hablamos de ellas.
Después de comprobar que los distintos confinamientos a los que el mundo se ha visto sometido han tenido un efecto positivo en la situación ambiental de las grandes ciudades, la población ha visto el impacto directo que tiene su actividad en el medio ambiente.
El reciente informe publicado por Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) este mismo agosto ha augurado un escenario poco prometedor en materia ambiental, relacionando directamente la actividad humana con el avance de la crisis climática. Aún así, hay luz al final del túnel ya que, tal y como indica el informe, si se actúa ya se podría limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC o 2ºC.
Desde hace unos años, algunas de las principales economías mundiales han empezado a enfocar sus políticas hacia temas relacionados con la sostenibilidad y la disminución de la huella ecológica.
Estas políticas pasan por destinar recursos a la investigación y el desarrollo de tecnologías e industrias más verdes, que convivan con un nuevo modelo económico ecológico que evite las graves consecuencias del cambio climático.
El uso de energías renovables es cada vez mayor, así como la expansión de los vehículos eléctricos y la promoción del uso del transporte público. Tanto es así que, para 2035, la Comisión Europea ha fijado el fin de la venta de coches de combustión.
El objetivo del crecimiento sostenible es una constante en la agenda pública de las principales potencias, por lo que para los próximos años la previsión es que la investigación en sostenibilidad y su aplicación en todos los ámbitos de la vida aumente cada vez más.
Con los bajos tipos de interés, la deuda de los países desarrollados y las economías emergentes ha aumentado considerablemente. Después de un ciclo de recesión y ralentización del crecimiento, iniciado con la crisis financiera de 2008, se ha registrado una acumulación de la deuda más alta y rápida que años anteriores.
El endeudamiento, según algunos expertos, no tiene por qué ser algo malo. Si el estado impulsa el desarrollo económico, aumenta las inversiones o estabiliza la situación financiera en un momento de crisis, se podría decir que la deuda ha ayudado a salvar esa economía.
Los problemas llegan cuando la deuda es tan alta que supera el PIB y actúa como freno para el desarrollo económico y político del país, ralentizando su crecimiento. También pueden darse situaciones de falta de recursos para hacer frente a los pagos.
Para evitar estos riesgos, es importante que durante los próximos años se haga una gestión correcta de los recursos financieros y estos se destinen al crecimiento y desarrollo de los estados para así poder limitar el aumento de la deuda y mitigar los posibles riesgos derivados de ésta.
El crecimiento exponencial de la población ha sido debatido ampliamente en las esferas políticas globales. Aún con la disminución de la natalidad, especialmente en los países más desarrollados, la población mundial ha aumentado cada vez más rápido durante las últimas décadas.
Una de las principales causas de este crecimiento es el aumento de la esperanza de vida que, junto a la disminución de la natalidad, ha derivado en un envejecimiento de la población mundial.
Las consecuencias derivadas de este crecimiento son muchas, entre las que destacan una mayor presión sobre los recursos derivada de una mayor demanda, un aumento de las desigualdades y una disminución de la población activa.
Aunque las previsiones no son las mejores, cabe tener en cuenta que, tal y como se ha mencionado, el desarrollo tecnológico sostenible contribuiría a paliar los efectos que este aumento de la población tendrá sobre el planeta y ofrecería un acceso más equitativo a los recursos y fuentes de energía disponibles.
En este Podcast hablamos con personalidades del campo de los negocios, finanzas, deportes, y startups para aprender sobre su trayectoria y técnicas para llegar al éxito.
HABLANDO CON LÍDERES
EL PODCAST DE NOVICAP
Como hemos podido comprobar con la destinación de los fondos Next Generation a aquellas industrias y países donde el desarrollo tecnológico es más evidente, la digitalización que se inició a principios de los 2000 cada vez está más presente.
Muchas veces se habla de una tercera revolución industrial, en la que los datos, la realidad virtual o el internet de las cosas serán los principales protagonistas del mercado. La conexión global y el acceso de cada vez más individuos a la red facilitará la transmisión de la información, que se efectuará de una manera más rápida.
Económicamente hablando, la digitalización aplicada a todas las industrias de productos y servicios transformará la situación laboral y productiva hacia unos escenarios diferentes, con procesos mucho más optimizados y costes reducidos.
Aquellas industrias y compañías que no se adapten a esta evolución tecnológica quedarán excluidas del sistema y obsoletas. Es por eso que se ha de considerar la incorporación de equipos dedicados a la digitalización y la gestión de datos con el fin de seguir participando en los mercados globales.
Son muchos los economistas que han hablado de una transmisión del poder mundial de EEUU a China. Con la pandemia, el país asiático ha sido el que más ha crecido en su recuperación, con un aumento del PIB del 18,3% en lo que llevamos de 2021.
La velocidad de crecimiento de China ya es un tema candente en los gobiernos de los países más desarrollados y estos empiezan a tomar cartas en el asunto. Por ejemplo, hace unos meses la UE llegó a un acuerdo con este país con el fin de mejorar sus relaciones comerciales.
La cantidad de población y el desarrollo de algunas de las ciudades más importantes de China la sitúan como la principal potencia mundial para 2030. De este modo, la situación actual del comercio internacional y las políticas económicas de los próximos años podrían variar para centrarse en la zona oriental.
Algo que hemos aprendido después de la pandemia de COVID-19 es que el futuro nunca es previsible y que todas las expectativas pueden variar a causa de un único acontecimiento. Aun así, el seguimiento de las tendencias previstas para los próximos años puede ser determinante para el éxito de una empresa o, incluso, un país.
Es por ello que estar al corriente de lo que acontece y lo que se espera es primordial para la correcta gestión de una sociedad, adelantándose a posibles situaciones y enfocando su estrategia con vista al futuro.
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