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Existe un antes y un después en el rol desempeñado por los directores financieros de la empresa. Con la crisis económica, su trabajo ha dado un salto cualitativo que implica abandonar su papel de meros responsables contables para convertirse en parte activa de los procesos estratégicos de las compañías. Todos los estudios e informes relativos a las nuevas responsabilidades de los CFO coinciden en afirmar que estos deben involucrarse más activamente en la toma de decisiones clave para el desarrollo del negocio.
Así lo indica la consultora de selección de ejecutivos Odgers Berndtson en «La guía ilustrada de la transformación del CFO». “Ahora son la mano derecha de los presidentes ejecutivos y consejeros delegados”, asegura Luis Soler, coautor del estudio en el que se han entrevistado a 102 directores financieros de 12 sectores diferentes. Aunque este cambio de rol no se ha dado de forma homogénea en todas las empresas, lo cierto es que para Soler “los CFO españoles se están involucrando en el negocio y apuestan por la tecnología”.
Hasta hace poco los responsables financieros eran vistos por sus propios compañeros de empresa como personas poco innovadoras, con perfiles muy homogéneos y principalmente dedicados a la burocracia. En el estudio de Odgers Berndtson se recogen frases que definen muy bien estos estereotipos:
Según el estudio «The four faces of the CFO» de la consultora Deloitte el responsable financiero debe asumir estos cuatro roles dentro de la empresa:
Director de operaciones del departamento financiero tales como planificación, análisis, tesorería, impuestos, etc.
Actuar de catalizador para que cada operación que se lleve a cabo aporte valor a la empresa.
Estratega en los planes de crecimiento de la empresa, de fusión, o en los mercados de valores, etc.
El informe de Odgers Berndtson hace hincapié en los siete retos a los que se debe enfrentar el nuevo director financiero:
Mejorar su relación con los CEO de tal forma que se convierta en la mano derecha de estos. En este punto, el estudio habla de coliderazgo en las labores de gestión de la compañía.
Aumentar su visión estratégica y de negocio con el objeto de afrontar nuevos proyectos transversales que impliquen perfiles de distintas áreas.
Apoyar la creación de equipos de alto potencial y ayudarles a ejecutar sus proyectos. Deben ser versátiles y con capacidad de adaptación a las dificultades y necesidades del negocio.
Ampliar su interés y conocimiento de las nuevas tecnologías con el objetivo de adoptar las herramientas necesarias para operar con éxito en el mercado. Muchas organizaciones ya han comenzado a explotar el big data de forma eficiente.
Mayor participación en los procesos de internacionalización, creación de filiales, fusiones, etc.
Su labor debe estar encaminada principalmente a aportar soluciones que permitan la expansión del negocio.
Garantizar con su labor los intereses de los accionistas. La ética y el cuidado de la imagen de la compañía son pilares fundamentales de cara al mercado y a los clientes.
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