5 recomendaciones sobre cómo tu pyme puede trabajar para la Administración Pública

Trabajar con la Administración Pública supone para muchas pymes una importante oportunidad: significa hacer un negocio con una entidad de garantía, aumentar su actividad por varios años, y disponer de una fuente de ingresos y también de prestigio.

Sin embargo, el hecho de que una pyme trabaje para la Administración Pública proporcionándole un producto o servicio no está exento de riesgos. La empresa debe destinar muchos recursos a afrontar este nuevo reto sin dejar de lado otras actividades en los que ya está embarcada, debe garantizar músculo financiero y ser consciente de los retrasos en el pago a los proveedores de la administración. En muchos casos, las entidades públicas no suelen pagar a tiempo; lo que supo
ne un quebradero de cabeza para las empresas.

¿Qué hay que hacer para convertirse en proveedor de la Administración Pública?

“Uno de los aspectos más importantes es cumplir con los requisitos que exige cada Administración y cada pliego de contratación”, indica Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA).

La Administración es un ente gigante que precisa de todo tipo de servicios y suministros. Así que cuando requiere de recursos, la entidad pública un concurso en el que detalla las necesidades que desea cubrir, y pone en marcha un proceso de contratación en el que valora las propuestas de las empresas que se presentan. Los aspectos técnicos pueden encontrarse en la Ley de Contratos del Sector Público.

No obstante antes de presentarse a un concurso que se adapte a sus objetivos, la pyme tiene que saber que está preparada. “Objetivamente hay que ser una empresa solvente. Por un lado, se necesita solvencia técnica porque hay que tener experiencia y conocimiento para llevar a cabo determinado servicio; y por otro, solvencia económica en el sentido de disponer de  determinados recursos para ese servicio”, explica Pachi Fernández, experto en administración pública y socio fundador de Siete Estrellas, empresa dedicada al desarrollo de  servicios socioeducativos y que, actualmente,  la Administración le supone cerca del 80% de su facturación.

Te dejamos una serie de consejos:

1. Ser fiel en el cumplimiento de los requisitos que se exigen en el concurso. En este sentido, Pachi Fernández recomienda “ser muy escrupuloso en la adaptación de nuestra propuesta y oferta a las indicaciones y valoraciones que se hagan en los pliegos de condiciones”.

2. Ser meticuloso en el estudio de costes y no ofrecer un servicio a un precio que nos lleve a trabajar con pérdidas. Celia Ferrero, de ATA, advierte de que “todos somos conscientes de la morosidad en el pago a proveedores de la Administración. Un retraso prolongado puede llevar a la asfixia de la pyme”.  Ante esto, la pyme puede utilizar el descuento de facturas para solucionar el problema de los largos periodos de cobro.

3. Diversificar. Trabajar con la Administración aporta seguridad, porque se accede a contratos de alto presupuesto, pero debido al posible retraso en el cobro hay que  “evitar poner todos los huevos en la misma cesta”, según la vicepresidenta de ATA. La pyme debe tener colchón financiero y tener otros pagadores además de la Administración.

4. Comunicación. Pachi Fernández aconseja “tener una coordinación profesional y fluida con los técnicos responsables del  contrato durante la ejecución de la obra, y la comunicación bidireccional es la clave de esta coordinación”.

5. Evaluación constante de los trabajos realizados y puesta en valor de los resultados ante la Administración. Siempre hay que ir en busca de la mejora constante. “El hecho de ser un proveedor de la Administración supone haber superado ciertos requisitos de calidad, experiencia, seriedad… Destaco el prestigio que supone hacer negocios con las entidades públicas para una pyme”, explica Fernández.

Trabajar con la Administración Pública suele ser una adecuada tarjeta de visita para la pyme, una buena forma de abrir la puerta a otros negocios. Es algo positivo, siempre y cuando sea realista y consecuente con lo que implica.

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