Interés compuesto: te lo explicamos en 1 minuto

El interés compuesto es un tipo de efecto que, añadido al capital inicial, va generando más intereses. En este caso, el dinero generado a partir del interés compuesto tiene un efecto multiplicador, ya que el capital crece de manera exponencial.

A medida que avanza el tiempo, el capital inicial irá incrementándose con la adición de los intereses generados en cada periodo, aumentando la base generadora del interés. El capital evolucionará con la suma de los intereses periodo tras periodo. De esta manera, se acumulará más riqueza a largo plazo.

Se suele afirmar que el interés compuesto es un interés que genera mayor rendimiento ya que, sin la adición del interés generado al capital inicial, este obtendría un rendimiento mucho menor tal y como sucede en el caso del interés simple. 

Para que un interés se considere compuesto, las rentabilidades generadas deberán invertirse en el capital.

Diferencias con el interés simple

La principal diferencia a mencionar es que el interés simple no acumula al capital inicial la rentabilidad periodo tras periodo, por lo que el interés generado será siempre el mismo dado que la base es la del depósito inicial.

Por su parte, el interés compuesto irá aumentando su rentabilidad dado que el capital inicial crecerá a cada periodo que pase. La tasa de interés se aplicará sobre una base generadora cada vez mayor y el beneficio futuro será exponencialmente mejor que el del interés simple.

Para ello, será importante reinvertir los intereses obtenidos y mantener este modus operandi durante un periodo de tiempo, cuanto más prolongado, mejor.

¿Cómo calcular el interés compuesto?

Para el cálculo del interés compuesto se deberá aplicar a siguiente fórmula:

CF = C0 (1 + i) ^ t

Siendo:

• “CF” el Capital Final
• “C0” el Capital Inicial
• “i” la tasa de interés
• “t” el periodo de tiempo

Si utilizamos como ejemplo un capital inicial de 1000 € con un interés de un 10 % anual, los intereses a añadir a la base generadora serán de 100 € al final del periodo, quedándonos con un capital de 1100 € sobre el que se generará un 10 % de interés en el periodo siguiente.

De esta manera, a cada año que pase, tendremos un capital mayor ya que los intereses generados serán más altos que los del año anterior y se sumarán a la base generadora en cada periodo.

En la siguiente tabla podemos ver cómo evolucionaría el capital con el ejemplo propuesto:

Conocer bien qué ofrece el interés compuesto puede ayudarnos a decidir mejor los productos financieros que nos interesan, teniendo en cuenta el coste y las tasas de interés. 

Para inversiones a largo plazo, el interés compuesto puede llegar a ser un producto recomendable dada la acumulación de capital y el aumento de la rentabilidad.