Cómo acabar con tu reputación en una reunión de trabajo

Un mal gesto, una frase inadecuada o unos ojos perennemente posados sobre un teclado pueden acabar con tu reputación de buen profesional. Las reuniones de trabajo cumplen dos funciones dentro de la empresa: informar al equipo de lo que está ocurriendo en ella y la de concretar objetivos, bien para superar situaciones adversas o bien para sobrepasar unas metas impuestas. De ahí la importancia de asistir a ellas con el perfil de profesional responsable que, además de cumplir sus funciones, muestra su interés y aporta soluciones para lograr un objetivo común.
En este artículo te exponemos cinco actitudes que harán que parezcas un mal profesional.

Los ‘estatuas de piedra’

Si has sido convocado a una reunión demuestra tu profesionalidad con aportaciones personales que puedan ser beneficiosas para el negocio, elaborando nuevas propuestas o con tu participación en los debates que puedan surgir. Las estatuas decoran pero no hablan. Demuestra que tu trabajo es importante para la empresa y evita expresiones como: “no sé de que hablas”, “eso no es de mi departamento”, “me da igual la decisión que toméis”. Formas parte de un equipo en el que a priori todos los componentes son importantes. En el caso de no ser así, no acudas a la reunión, lo único que demostrarás será tu poca profesionalidad.

El “perdona, ¿qué?”

Los móviles, las tablets y en general cualquier dispositivo portátil han favorecido la gestión en cualquier nivel de la estructura empresarial. Pero si quieres que tu jefe no te tache de maleducado, aléjate del teléfono en una reunión de trabajo. Una cabeza escondida tras una pantalla, o unas manos inquietas sobre el teclado dicen mucho de tu personalidad como profesional y muy poco de tu trabajo. “Perdona, ¿me decías algo? O “disculpa, no te estaba atendiendo” son frases mortales para tu futuro laboral.
Si recibes una llamada que no puede esperar, ausénsate con una disculpa y regresa a la reunión mostrando interés por lo que ha sucedido en ella durante tu ausencia.

Tu marca personal

Lo que decimos, hacemos, nuestra forma de movernos, la vestimenta, el aseo o falta de él e incluso la forma de comunicarnos gestualmente, forman parte de nuestra marca personal. Ya sea meditada o no, nuestra marca nos distingue de los demás y con ella podemos proyectarnos de una forma u otra en nuestra carrera profesional. Así que, por favor, cuida tu imagen en las reuniones de trabajo. Que vean en ti a un profesional que se preocupa por la empresa, que propone, que lucha por un interés común. No muestres desinterés con un bostezo y mantén una postura corporal con la que digas: “estoy aquí y me intereso por lo que haces y dices.

La arrogancia

La responsabilidad, la eficacia o el interés te ayudarán a sobresalir en cualquier reunión de trabajo. No así la arrogancia. Nunca mires por encima del hombro al resto de compañeros ya que así más que el favor del jefe lo único que conseguirás será ganarte el desprecio de tus iguales. Respeta el trabajo de los demás, discute si tienes que hacerlo pero desde la humildad y el reconocimiento. Piensa que todos formáis parte del mismo equipo y que sólo a través de él conseguiréis que cualquier proyecto alcance el éxito.

La puntualidad

Tal vez parezca obvio pero lo mejor que puedes hacer para destruir tu reputación de buen profesional es llegar tarde a una reunión de trabajo. Este tipo de encuentros suelen estar programados con antelación, así que no tienes excusa para no poner al día tu agenda. Una entrada a destiempo puede ser interpretada como falta de interés, como una actitud arrogante o simplemente como una muestra de tu incapacidad organizativa.