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Este es el primer post de la serie «Hasta la cima con», un compendio de entrevistas a directivos, CEOs y personas influyentes en el mundo de las finanzas, dirigida ayudar e inspirar a empresarios y emprendedores en el camino al éxito.
Leopoldo Abadía Pocino (Zaragoza, 1933), Doctor Ingeniero Industrial e ITP Harvard Business School. Fue miembro fundador del IESE Business School, donde impartió la asignatura de Política de Empresa durante más de 30 años. Su documento ‘La Crisis Ninja’, un análisis financiero para ‘no economistas’, se ha convetido en referente para explicar la crisis económica mundial.
Cuando estalló todo, encontré una explicación de la situación en un cuaderno de coyuntura económica que publica el IESE. Empecé a ver otras publicaciones que salían por ahí, explicando qué estaba pasando a nivel mundial y se me ocurrió poner en orden todas esas cosas con comentarios míos. Pero lo hice para mi, para aclarar mis ideas. No tenía ninguna intención de publicar nada. Se la pasé a un amigo mío y él la hizo circular.
Acabó siendo viral y me hizo famoso [risas].
La verdad es que no tengo ni idea, pero quizá lo que aprendieron más, al igual que yo en mis años como profesor, es la importancia de hacer amigos.
En mis conferencias, lo primero que les recomiendo es que tengan criterio. Criterio en el sentido de no hacer caso al primer cantamañanas que te diga una ‘cantamañanada’. Al leer cualquier cosa en el periódico es importante preguntarse cuánto costará y de dónde se sacará el dinero.
Criterio también en el sentido de ver el entorno. Si vas viendo el entorno de manera seguida, con el tiempo podrás olfatear cosas. Yo lo que hago todos los días es leer los periódicos. No hago más. Y el domingo el Time. Es bueno estar al tanto de lo que pasa.
Que siente la cabeza [risas]. No, que trabaje mucho, que trabaje bien. Que sea muy buena persona. Que no se canse nunca, y si se cansa, que no lo diga. Que no critique nunca al de arriba, porque el de arriba, a pesar de que parezca tonto, no es tan tonto como parece.
Y que sea humilde. Ser humilde quiere decir reconocer que no sabes y tener la actitud de decir, ‘yo aquí voy a aprender mucho y trabajar mucho’.
Otra cosa suelo decir siempre; cuando se ficha para una empresa, se ficha para siempre. Lo cual quiere decir que te puedes ir dentro de un mes. Pero la actitud tiene que ser la de ‘yo aquí voy a trabajar para siempre’.
Me pongo un café cargado y leo los dos periódicos que leo todos los días. Y luego ya desayuno un poco.
Como una cosa que tienes hoy y mañana no. Es algo que se acaba, y por lo tanto, no hay que creérselo.
En mi caso es haber acertado, sin buscar, con una cosa que a la gente le gustó. Podríamos decir, entonces, que es encontrar un buen producto y servirlo bien. Y además, no creérselo.
Éxito rotundo fue el de Antonio Valero, primer director del IESE, nacido en 1925, que puso en marcha el IESE en el año 58, con 33 años. Y aquello fue un estallido. Muchísimas de las cosas que tiene esta escuela se deben a Antonio Valero.
[risas] Pues pondría: ‘Trabajad mucho. Trabajad bien. Sed buenas personas.’ y punto.
Pues en este sentido, Antonio Valero.
El mío [risas]. Pero algunos de los libros que más he recomendado son ‘La importancia de las cosas’ de Marta Rivera de la Cruz y cualquiera de las obras de John Grisham, menos La Granja.
Siempre he pensado que es un tema de conciliación. Tuve una época en la que viajaba mucho, creo recordar que hubo un año que cogí 185 aviones un año. Y para poder conciliar vida profesional y personal, una de las cosas que hacía era no empalmar viajes, es decir, si tenía que viajar a Madrid un día y al siguiente a Sevilla, hacía Barcelona – Madrid, Madrid – Barcelona y Barcelona – Sevilla. Era más sacrificado, pero así podía dormir en casa y ver a mi mujer y a mis hijos.
Una cosa que hacía mi mujer, que sería impensable ahora, era obligar a los niños a quedarse despiertos hasta que yo llegara, aunque fuera la 1 de la mañana. Ellos estaban encantados y no tenían ni idea de que yo viajaba tanto.
La conciliación es un esfuerzo, pero un esfuerzo que vale la pena.
Como decía antes, John Grisham me gusta. Artúro Perez-Reverte tiene cosas que me me encantan y otras que no tanto. El Psicoanalista de John Katzenbach es otro de mis favoritos.
La verdad es que no, me han preguntado de todo. Sí te diría que en las más de 2000 entrevistas que he hecho, nunca me han hecho una pregunta inmodesta, eso se agradece.
Si hay alguna entrevista que te gustaría que hicieramos, envíanos un mail a [email protected], nos encantaría
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