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Los cambios políticos, las decisiones de los gobiernos y los acontecimientos geopolíticos, entre otros, pueden impactar negativamente en los resultados económicos de una empresa. En la actualidad, asistimos a una etapa de incertidumbre a nivel mundial, motivada por conflictos bélicos, regulaciones sobre el comercio internacional, estrictas normativas sobre privacidad online y choque de intereses relacionados con las políticas medioambientales.
En este artículo, analizamos a qué tipos de riesgo se enfrentan las empresas y qué pueden hacer para controlarlos.
La inestabilidad política puede implicar riesgos de diversa naturaleza y alcance, como los que mencionamos a continuación.
Los riesgos internos están relacionados con la inestabilidad política, corrupción y violencia en el país donde una empresa opera. En este caso, las inversiones se pueden proteger con seguros y garantías.
Los riesgos externos se refieren a conflictos (armados o no) entre países. La ruptura de acuerdos comerciales, bloqueos impuestos por decisiones geopolíticas y escasez de suministros son algunos ejemplos.
Hablamos de macrorriesgo político cuando se producen cambios que afectan a todas las empresas que operan en un determinado país. Sería el caso de un conflicto armado o una expropiación generalizada.
El microrriesgo político hace referencia a decisiones o eventos que perjudican a un sector en concreto. Los casos de corrupción inmobiliaria y las leyes sobre descarbonización de la industria serían dos ejemplos.
Las empresas asumen diferentes grados de riesgo dependiendo de su tipo de actividad, su estrategia de internacionalización y otros factores. Podemos resumirlo en tres categorías:
El mayor impacto en las finanzas empresariales se puede producir cuando se asume un riesgo al invertir en el extranjero. Esta es una de las decisiones estratégicas que más hay que analizar antes de dar el paso.
El riesgo político puede tener consecuencias en diversos ámbitos de la actividad económica de las empresas. Las restricciones a la importación o exportación, la inflación o la interrupción de la cadena de suministro son algunos eventos que pueden impactar negativamente en las finanzas.
La inestabilidad política puede afectar a la cadena de suministro, ya que puede provocar la interrupción del transporte de mercancías o materias primas que tengan que atravesar varias fronteras.
El descontrol de la inflación por parte de los organismos que regulan el mercado financiero de un país puede hacer inviable una valoración objetiva de la cuenta de resultados y disminuir drásticamente la rentabilidad.
Las fluctuaciones en el cambio de divisas en determinados países pueden deberse a numerosos motivos. Por ejemplo, la corrupción política puede provocar que la moneda local se devalúe, lo que afecta directamente a los resultados económicos de las empresas extranjeras que operan allí.
Algunos aspectos, como el respeto a los derechos humanos o las condiciones laborales de los trabajadores, implican un importante riesgo para la reputación corporativa de las empresas extranjeras que operan en ciertos países.
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La gestión de los riesgos políticos y económicos es vital para el éxito de las estrategias de internacionalización y expansión. Aunque algunos factores no se pueden controlar, es posible adoptar una serie de precauciones para manejar posibles amenazas.
Es el primer paso y el más importante antes de expandirse a nuevos mercados. Conocer a fondo la situación política y económica puede ayudar a comprender mejor los riesgos y valorar la viabilidad de la operación.
Esta estrategia, tan clásica como eficaz, es una excelente forma de controlar los riesgos económicos. Reducir la dependencia de un solo mercado minimiza posibles amenazas.
Los acuerdos comerciales sólidos pueden ayudar a reducir la exposición de la empresa a las consecuencias de eventos políticos y económicos. Por ejemplo, es recomendable incluir cláusulas de protección contra fluctuaciones en el cambio de divisas.
Los seguros y garantías pueden ser un eficaz escudo de protección para las inversiones en el mercado internacional, ya que pueden cubrir diversos riesgos políticos y económicos.
La internacionalización puede ser una gran oportunidad de crecimiento para las empresas, pero no está exenta de riesgos, como los políticos y económicos. Diseñar estrategias adecuadas para prevenir, así como planes de contingencia, es crucial para el éxito de la aventura en el mercado internacional.
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