La economía circular como estrategia empresarial: reducción de costes y responsabilidad ambiental

Reducir, reutilizar y reciclar es un lema que muchas organizaciones están adoptando como parte de su estrategia empresarial. Los beneficios que aporta sumarse a la economía circular son múltiples: brinda una ventaja competitiva, mejora la reputación corporativa, atrae inversores y ayuda a reducir costes. Más allá de esto, se trata de una responsabilidad medioambiental que atañe a personas, empresas y gobiernos.

¿En qué consiste la economía circular? 

El modelo de economía circular está formado por un conjunto de estrategias que tienen como objetivo aportar soluciones a los grandes desafíos mundiales: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la acumulación de residuos y la contaminación. 

Hasta la fecha, la economía se ha basado en un proceso lineal de consumir y descartar: obtener materias primas del planeta, elaborar productos y eliminarlos como desperdicios. Por el contrario, la economía circular persigue reducir los desechos, apostando por la prevención, la reutilización, la reparación y el reciclaje. 

Este sistema es respetuoso con el medioambiente y beneficioso para las empresas. Este es el momento para que las compañías lideren el reto de la economía circular y aprovechen las oportunidades que tienen ante sí. 

En algunos sectores industriales, los residuos y las emisiones de gases de efecto invernadero se podrían reducir prácticamente a cero. La protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático son una necesidad y, además, puede ser muy rentable. 

Las 7 R de la economía circular

La economía circular se basa en la idea de que el ciclo de vida de un producto no termina con su desecho. Por el contrario, los productos se vuelven a convertir en materia prima comenzando un nuevo ciclo.

Los productos pueden ser más sostenibles desde su diseño. Debemos aprender de nuevo a reparar y a consumir con responsabilidad. Para llevar a la práctica este modelo, es necesario ir un paso más allá en la regla de las 3 R (reducir, reutilizar y reciclar) y llegar a 7 R:

1. Rediseñar. Crear productos pensando en la sostenibilidad y la ecología.
2. Reducir.  Minimizar la cantidad de productos que usamos y los residuos generados.
3. Reutilizar. Aumentar la duración de los productos encontrando usos alternativos.
4. Reparar. Intentar arreglar un producto antes de comprar uno nuevo.
5. Renovar. Mejorar productos obsoletos para que puedan tener un nuevo ciclo de vida.
6. Recuperar. Recolectar materiales ya utilizados para reincorporarlos al proceso productivo.
7. Reciclar. Utilizar residuos como materia prima para nuevos productos. 

¿Es posible llevar a la práctica las 7 R y seguir siendo una empresa rentable? El principal objetivo de la economía circular es extender la vida útil de los productos. Por tanto, las empresas deben enfocarse en la durabilidad. Al mismo tiempo, es vital replantear su estrategia considerando la renovación, reutilización y reparación en sus procesos. 

¿Cómo implementar la economía circular en la empresa?

Implementar la economía circular es todo un desafío, por lo que es imprescindible partir de una estrategia bien elaborada. Cada sector de actividad tendrá que seguir diferentes procedimientos, pero los pasos fundamentales son similares. Veámoslo.

Análisis de los procesos actuales

Es preciso partir de una evaluación de los procesos, los recursos y materias primas. Este análisis permitirá detectar dónde se genera la mayor cantidad de residuos. Ese será el punto donde aplicar la estrategia. 

Establecer objetivos medibles

Los objetivos del plan de acción deben ser realistas, alcanzables y medibles. La adopción de la economía circular en tu empresa puede comenzar con metas sencillas, como la reducción del consumo energético o el uso de materias primas recicladas. 

Diseñar el plan de acción

El plan de acción debe contener los cambios que se van a introducir, cómo se van a llevar a cabo y qué recursos se necesitan. Algunos ejemplos son el diseño de productos reparables, la fabricación con materiales renovables y las alianzas con proveedores sostenibles.

Medir los resultados 

Con los indicadores clave (KPI) que se hayan establecido, llega el momento de evaluar los resultados para determinar si se han alcanzado los objetivos. 

Reajustar el plan 

Si algunas metas no se han logrado, será necesario hacer ajustes en el plan de acción y comenzar de nuevo desde ese punto. La fase de seguimiento también es un proceso circular: actuar, medir, ajustar.La tecnología actual es una gran aliada para impulsar el modelo de economía circular. La robótica, la nanotecnología, la impresión 3D y el big data son algunos ejemplos de cómo la digitalización puede ayudar a las empresas a reducir costes sin perder de vista la responsabilidad medioambiental.