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La sostenibilidad medioambiental y el compromiso social se ha convertido en una prioridad para gobiernos, empresas e inversores. La lucha contra el cambio climático se plasma en los esfuerzos por reducir la huella de carbono, la producción de residuos y el consumo energético de fuentes no renovables.
En este nuevo entorno surgen los factores ESG en las estrategias de inversión. ¿Cuáles son y cómo se integran en la empresa?
ESG son las siglas que corresponden a Environmental, Social and Governance, es decir, los criterios de compromiso social, ambiental y de buen gobierno presentes en la estrategia de las empresas. La suma de estos tres factores es la que convierte a una compañía en sostenible y rentable. Por tanto, el concepto ESG define a las empresas más atractivas para los inversores.
A inicios de siglo, comenzó a hablarse de inversión socialmente responsable (ISR) y de responsabilidad social corporativa (RSC). Eran tiempos en los que se comenzaba a valorar el impacto de la actividad de las empresas en la sociedad.
Actualmente, se ha avanzado en este sentido y los factores ESG hacen referencia al enfoque integral de todos los procesos de una compañía. Plasmar estos criterios en la estrategia corporativa tiene repercusión directa en su interés como objeto de inversión, en su reputación y, como consecuencia, en la sostenibilidad del negocio a largo plazo.
Los factores ESG son, en cierto modo, intangibles. El primer paso para que los inversores identifiquen esos valores en una compañía es que sus directivos conozcan qué elementos forman parte de estos criterios. A partir de ahí, se podrán tomar decisiones estratégicas para atraer capital.
A continuación, analizamos los elementos que forman parte de los factores ESG.
Los factores ambientales dentro de la estrategia ESG engloban todas las iniciativas encaminadas a reducir el impacto negativo de la actividad empresarial en el medioambiente. Algunas medidas pueden ser la reducción del uso de plásticos, la inversión en energías renovables y los planes para minimizar la generación de residuos.
Los factores sociales incluyen medidas relacionadas con las condiciones laborales y la promoción de la diversidad y la inclusión. Otros criterios que se pueden integrar son la colaboración con las comunidades locales, la producción sostenible, el respeto por los derechos humanos y el rechazo de proveedores que usen mano de obra infantil.
Las cuestiones relacionadas con el buen gobierno corporativo hacen referencia, entre otros, a la cultura organizacional, los procesos de gestión, los planes de transparencia y la ética en materia fiscal o de recursos humanos.
Una política interna cohesionada y con valores alineados con las demandas de la sociedad es esencial para que una compañía resulte atractiva como objeto de inversión.
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Los criterios ESG no son únicamente una cuestión que deban plantearse las grandes compañías. Al contrario, el reto en España es incluir estos factores en las pymes, que representan el 95% del tejido empresarial.
Muchas pequeñas y medianas empresas ya cuentan con políticas en materia de sostenibilidad y códigos de conducta ética. En estos casos, es crucial estructurar estas acciones, priorizarlas y plasmarlas negro cobre blanco.
El primer paso consiste en que la empresa analice cuáles son los factores ESG realmente importantes para su negocio y en qué áreas puede centrar sus recursos para tener un impacto positivo.
Otro aspecto esencial es establecer indicadores del desempeño (KPI) que permitan medir las acciones y sus resultados. De esta forma, se pueden identificar puntos débiles y oportunidades para mejorar la toma de decisiones.
La transversalidad debe estar presente al adoptar criterios ESG. Es preciso tener en cuenta todos los departamentos e involucrar a todos los empleados en los planes de sostenibilidad. Puesto que los recursos son limitados, cada empresa debe decidir qué factores impulsar para satisfacer las demandas de los grupos de interés.
Los grupos de interés no solo están formados por accionistas e inversores, sino por un conjunto de actores que abarca cada vez más segmentos de la sociedad. Hablamos de administraciones locales, comunidad científica, proveedores, empleados y, por supuesto, el consumidor final.
Solo considerando las demandas de la sociedad actual será posible integrar con éxito los factores ESG en la estrategia de inversión de la empresa.
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