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José María Cervera Lucini (Cádiz, 1964). Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y realizó el MBA del IE Business School recién salido de la carrera. Empezó a trabajar en el almacén de Makro hace 25 años y en 2009 fue nombrado Director General de España y Portugal, donde ha estado hasta abril del 2016. Hoy nos cuenta su experiencia.
«El éxito es hacer que la gente a tu alrededor sea feliz y se desarrolle como persona y como profesional»
Empecé recién salido del máster, tras acabar la carrera. Desde hacía mucho tiempo me había dedicado a hacer las compras de todos los alimentos en casa. Por distintas razones profesionales, mis padres se pasaban mucho tiempo fuera de casa y cada uno de los seis hermanos que éramos teníamos unos encargos asignados. El mío era hacer la compra. Así empezó a gustarme el mundo de los supermercados y las compras y, al acabar la carrera, envié el CV a distintos supermercados. Y Makro fue el primero en contestarme.
Empecé de trainee de gerente y no tenía ni idea de donde iba a terminar. Me apetecía meterme en el sector, pero no tenía una idea clara de dónde quería acabar.
Creo que no es sólo útil, sino crucial. Conocer un negocio desde el principio y ganarte la confianza de la gente haciendo lo que ellos saben hacer y aprendiendo junto con ellos, es vital. Después todo es mucho más fácil a la hora de tomar decisiones y conseguir que la gente crea en lo que dices y lo que haces.
La política general es tratar de que la gente vea, sobre todo los que entran con un potencial de carrera importante, los diferentes departamentos en la compañía para tener una idea más general de lo que es el negocio y cómo funciona.
Bueno, más que una amenaza es un operador que nos va a obligar a todos a estar mucho más despiertos. Las amenazas sólo son si las ves como origen de tus problemas y no como origen de tus mejoras.
Aunque nunca a la velocidad que a uno le gustaría, Makro se está actualizando y adoptando la tecnología para mejorar sus servicios, pero la velocidad de desarrollo y la potencia que tiene Amazon es difícilmente igualable.
Yo creo que el de la logística, sin duda. Al final, las plataformas digitales se pueden comprar y puedes desarrollar con relativa rapidez; el tener una logística eficiente y que satisfaga las necesidades del consumidor exactamente cuando quiere y cuando lo necesita, no es fácil.
No está mal esa… [risas]. La primera, la humildad. La segunda, la confianza en las personas. Y la tercera, te diría que son dos; la rapidez de movimientos y la paciencia con los resultados.
Pues que los sueños se cumplen. Con esto quiero decir que si tu te ves en el futuro en un sitio y luchas por eso, llegarás a eso, o por estar en una posición o por conseguir algo; si de verdad te lo crees, llegarás a eso.
Lo que pasa, y una de las cosas que más estoy viendo, es que la gente se quiere hacer rica a los 30 años. Algunos se hacen ricos, esos son a los que les ha tocado el gordo de la lotería, pero los demás vivimos trabajando duro y todos los días. Esto tiene algo que ver con la paciencia en los resultados que comentábamos antes. No se trata de hacerse rico a los 30, se trata de ser rico en personas, en amigos, a los 30 a los 50 y a los 60 y, a lo mejor, algún día te haces rico de manera monetaria, pero eso no es tan importante.
En esto voy a ser un poco raro, me parece; porque para mí el éxito no es solo un éxito de reconocimiento o que resultados te salgan; que por supuesto lo es. El éxito es hacer que la gente a tu alrededor sea feliz y se desarrolle como persona y como profesional. Para mi eso es el éxito.
Durante toda mi carrera profesional, lo que he sentido o conseguido son éxitos importantes o por lo menos resultados muy relevantes en todos los proyectos que he acometido. Y esos resultados han venido gracias a la convicción y a la complicidad sincera de los equipos con los que he trabajado en un proyecto, en el proyecto en concreto, y fíjate que muchos de esos proyectos no han sido proyectos de decir ‘tenemos que vender no sé qué, tenemos que ganar no sé cuanto’, han sido proyectos que realmente trascienden el negocio, han sido cosas en las que la gente creía y por los que se desvivía. Y gracias a eso se consiguen resultados extraordinarios y, por tanto, lo que mucha gente solo ve como éxito es solamente una consecuencia de lo que yo veo como éxito.
Uhm… Pues la primera persona que se me ha venido a la cabeza es la Madre Teresa de Calcuta. Y pensando en ‘éxito’ en el plano en que la mayoría de gente piensa, diría Pablo Isla o Amancio Ortega.
La capacidad tremenda de influencia que tiene un director general y te explico por qué: yo siempre he dicho en la compañía que los directores generales somos como los padres en una familia. Aunque nos parezca que ellos no nos ven y que no notan si hacemos las cosas bien o no, nos estamos viendo permanentemente. Al final lo que he aprendido es que tanto en casa como fuera, tenemos que ser un ejemplo permanente, no de cómo decir las cosas sino de cómo hacer las cosas. Todo el mundo nos mira y todo el mundo percibe exactamente si estamos convencidos o no lo estamos, si estamos felices o no lo estamos, etc.
Ahora llevar a mis hijas al colegio [risas]. Lo primero que hacía al llegar al trabajo era hacerme un té y dedicar media hora, o una hora, todos los días a hablar con el comité de dirección.
Nos sentábamos, lo primero para reírnos. A mi siempre me ha gustado empezar el día de trabajo con algún chiste o anécdota, porque creo que eso genera el ambiente para el resto del día. Hablábamos sobre el negocio y después, con la sonrisa puesta, cada uno se ponía con su labor diaria.
Ninguno [risas]. Siempre he procurado tener algunos momentos concretos importantes para mi familia, que estén por encima del trabajo. Por ejemplo, las fiestas fin de curso de mis hijas, las visitas a las tutorías, etc. Cualquier cosa que mis hijas iban a recordar el que yo estuviera o no estuviera con ellas lo ponía como prioridad absoluta. No son muchas, pero sí marcadas. He llegado a cambiar viajes internacionales por fiestas de mis hijas.
¿Uno o dos? [risas] Te digo dos: ‘La sensación de fluidez’ de Juan Carlos Cubeiro y ‘La buena Suerte’ de Fernando Trias de Bes y Alex Rovira
Buena pregunta. La última compra de la que estoy más orgulloso es una caja de regalices [risas]. No, los tablones de corcho en los que las niñas colocan (o pinchan) las fotografías y cosas que les gustan especialmente.
‘No es más rico quien más tiene sino quien menos necesita’, mi padre siempre la decía.
Pues sí. Si volvieras a empezar, ¿harías algo diferente? La respuesta es que el 90% de lo que he hecho, lo repetiría.
Dos de ellos son los que he mencionado antes y el tercero es El Quijote. No sé las veces que me lo he leído y me sigo riendo con él.
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