El rol del BCE. ¿Cuáles son sus responsabilidades y poderes?

El Banco Central Europeo (BCE) es la institución encargada de gestionar el euro y ejecutar la política económica y monetaria de la Unión Europea. Una de sus principales funciones es mantener la estabilidad de precios en los estados miembro que adoptaron la moneda única, pero ¿hasta dónde llegan sus responsabilidades y poderes?

El nacimiento del euro y la fundación del BCE

La idea de una Europa unida y próspera fue desarrollada por un nutrido grupo de políticos, pensadores, miembros de la resistencia y supervivientes del Holocausto, entre otros líderes. Estos pioneros trabajaron para inspirar un largo proyecto que culminó con la puesta en marcha del mercado único, la libre circulación de personas y el euro.

Las bases de la moneda europea se establecieron en 1992, con la firma del Tratado de Maastricht. El euro comenzó a funcionar como moneda de curso legal en 2002, cuando desaparecieron las monedas de los países que se acogieron al nuevo sistema.

Paulatinamente, 19 de los 27 países miembros de la Unión Europea adoptaron el euro: Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Portugal.

A lo largo de esos años se gestó la creación del BCE, que se fundó en 1998. Desde entonces, asume las funciones del Instituto Monetario Europeo (IME) y la gestión de la política monetaria común.

Las funciones de Banco Central Europeo

El Banco Central Europeo es una institución financiera independiente con capacidad para tomar decisiones relacionadas con la economía europea. Su funcionamiento se rige por el Tratado de Maastricht, el Tratado de Roma y el Reglamento 806/2014 del Parlamento Europeo (2014), entre otros.

Este organismo está integrado en el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), que está formado por el BCE y los bancos centrales nacionales de todos los Estados miembros de la UE, incluso de aquellos que no han adoptado el euro. 

La función principal del BCE es velar por la estabilidad de la moneda única para favorecer el crecimiento económico y la generación de empleo. Otras de sus responsabilidades son las siguientes:

• Desarrollar las políticas económicas y monetarias de la UE.
• Fijar los tipos de interés para los préstamos a los bancos de la zona euro.
• Vigilar las fluctuaciones de los precios y controlar la inflación.
• Realizar operaciones de cambio de divisas.
• Gestionar las reservas oficiales de divisas exteriores de la zona euro.
• Velar por el buen funcionamiento de los sistemas de pago.
• Autorizar la emisión de billetes y monedas en euros.
• Resolver consultas sobre asuntos económicos relevantes en la UE.
• Aprobar reglamentos relacionados con la política monetaria única.
• Recibir depósitos, fijar coeficientes, comprar y vender deuda pública.
• Supervisar a las entidades bancarias europeas.
• Establecer relaciones con instituciones económicas y bancos centrales no pertenecientes a la UE.

El BCE y las autoridades económicas de los estados de la UE constituyen el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), que trabaja para mantener la solidez del sistema bancario europeo y garantizar la coherencia en el cumplimiento de las normas.

Todas estas funciones se llevan a cabo según los principios de la economía de mercado basada en la libre competencia. 

¿Hasta dónde llega el poder del BCE?

La independencia de los bancos centrales, incluido el BCE, es objeto de debate. ¿Hasta dónde llega su poder? ¿A quién rinden cuentas? Veamos cómo se delimita la frontera entre política monetaria y los diferentes gobiernos.

Uno de los pilares del sistema monetario único es la independencia del BCE. Los análisis económicos demuestran que este sistema de funcionamiento facilita el control de la inflación. La independencia evita que los mandatarios de los países de la UE modifiquen los tipos de interés según criterios políticos que les beneficien a corto plazo. Además, es una excelente manera de controlar el uso del dinero del BCE con fines partidistas.

De esta forma, el BCE puede velar por el interés de los ciudadanos europeos. Su funcionamiento se sostiene sobre cinco pilares:

• Independencia institucional.
• Independencia personal.
• Independencia funcional y operativa.
• Independencia financiera y organizativa.
• Independencia legal.

Esta potestad no exime al BCE de rendir cuentas ya que, de otra manera, sus acciones escaparían al control de la Unión Europea. Esta institución financiera está obligada a comparecer trimestralmente para justificar sus decisiones frente a los representantes de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo. 

Gracias a este sistema de control, el BCE puede trabajar para mantener la estabilidad de los precios y fomentar el crecimiento de la economía europea.