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De todos es sabido que el objetivo principal de cualquier empresa es ser rentable. Nadie monta un negocio —ni lo mantiene a flote— con la intención de perder dinero o malgastar recursos. Por eso, poder medir la rentabilidad y entender cómo funciona, además de ser lo más recomendable, es algo totalmente imprescindible desde el primer momento de un proyecto, sea del tipo que sea.
El ROE es uno de los indicadores más importantes porque indica la rentabilidad que se obtiene al invertir capital propio y el valor que se genera para los accionistas.
Dado que un ROE elevado refleja eficiencia y buena gestión y uno más bajo es una clara señal de alerta, en este artículo vamos a explicar cómo funciona este indicador y las estrategias que pueden aplicarse para mejorarlo.
Cuando hablamos de rentabilidad en una empresa, estamos hablando de su capacidad para generar beneficios a partir de los recursos que tiene disponibles. Es decir, lo que obtiene según lo que invierte o arriesga.
Aquí es importante señalar que facturar (o generar ingresos) no es lo mismo que tener beneficios. De hecho, una empresa puede facturar mucho y tener una rentabilidad muy limitada porque tiene un margen de beneficio bajo o sus costes son demasiado altos. Por eso, la clave no está en ser cada vez más grande y tener más volumen, sino que se haga de manera eficiente.
El ROE (Return on Equity) o el retorno sobre el patrimonio es la forma de medir la rentabilidad que estamos generando cuando invertimos nuestro capital. No es el único indicador que existe, pero sí es uno de los más importantes para socios e inversores.
La fórmula para calcular el porcentaje de ROE es sencilla:
ROE = (Beneficio neto / Patrimonio neto) / 100
Donde el beneficio neto es la diferencia entre ingresos y gastos, y el patrimonio neto el capital que estamos invirtiendo.
Teniendo en cuenta esto, podemos encontrarnos con 2 situaciones::
De todas formas, más allá de los números concretos, para saber si tu ROE es alto o bajo lo mejor es compararlo con la media de tu sector de acuerdo con el perfil de tu empresa. Esta información puedes obtenerla de manera periódica a través de:
Sí, es posible el ROE negativo.
Cuando hemos explicado lo que es el ROE, hemos estado hablando de ROE alto y bajo, hemos supuesto que siempre ha sido positivo porque es lo deseable. No obstante, podría darse el caso de que el ROE fuera negativo y esto puede suceder si:
En cualquier caso, lo importante es conocer el origen para aplicar las estrategias necesarias para corregirlo.
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Una vez que ya sabemos qué es el ROE y cómo podemos medirlo, es el momento de ver qué tipo de estrategias pueden ayudarnos para mejorarlo y conseguir mayor rentabilidad en nuestra empresa.
Mediante la exploración de nuevos mercados, la diversificación de la oferta y/o la mejora de las estrategias de venta con las que aumentar los ingresos.
El control de los costes es clave para mejorar el ROE y se consigue revisando los procesos internos, renegociando las condiciones con los proveedores y automatizando las tareas que lo permitan. El objetivo es ser más eficiente sin afectar a la calidad.
Subir los precios de una forma prudente, controlada y, sobre todo, que se pueda justificar ante los clientes por la calidad del producto/servicio, la mejora de la experiencia cliente, etc.
Si parte de tu inmovilizado se está utilizando o invirtiendo en activos o proyectos poco rentables, perdiendo oportunidades más rentables.
El apalancamiento financiero es utilizar financiación externa (préstamos) para tu crecimiento y apoyar tu propia inversión. Pero solo si el ROE va a ser mayor que el coste del préstamo.
Para mejorar el ROE no basta con aplicar estrategias puntuales, es necesario revisar periódicamente los números para ajustar lo que no funciona. Además, si el punto de partida es un ROE negativo, aunque estas estrategias continúan siendo válidas, requerirán de una revisión más profunda del negocio y de los costes.
Al final, hay que entender y trabajar sobre el ROE no solo mejora la rentabilidad, sino que te ayuda a tomar decisiones más inteligentes y sostenibles para el futuro de la empresa.
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