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La ampliación de capital es una operación a la que muchas empresas deben recurrir, bien para garantizar su supervivencia, o bien para cumplir con sus expectativas de desarrollo y consolidación dentro del mercado. Sea cual sea su tamaño, cualquier compañía puede necesitar en algún momento aumentar sus recursos a través de este procedimiento financiero.
En este artículo explicaremos cómo se hace una ampliación de capital y qué consecuencias conlleva para la pequeña y mediana empresa.
Se trata de una operación financiera a través de la cual las empresas aumentan sus recursos económicos. Los motivos son diversos.
En ocasiones, el objetivo es el de equilibrar las cuentas de la compañía para garantizar su supervivencia. También se recurre a ella para dar salida a nuevos retos relacionados con su consolidación o expansión dentro del mercado.
Las ampliaciones de capital están muy bien vistas dentro del mercado. Además de dar prestigio, hacen que aumente la visibilidad de la compañía de cara a sus socios, clientes y proveedores.
Sea cual sea el motivo, la ampliación de capital trae consigo una serie de cambios como, por ejemplo, la modificación de los estatutos de la compañía.
Existen diversas vías para llevar a cabo una ampliación de capital. Las dos principales son:
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No todas las ampliaciones de capital implican derechos de suscripción preferente. En el caso de que sí se contemplen todos los accionistas de la empresa pueden acudir a ella aportando su parte o bien vender sus derechos a terceros.
Es posible proponer operaciones de ampliación de capital sin este derecho preferente, bien porque todos los socios han llegado a ese acuerdo, o bien porque la junta considere que existe un fin de legítimo de interés social que lo excluya.
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