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Según el último Informe Mundial GEM (Global Entrepreneurship Monitor) sobre emprendimiento en el mundo, el 73,5% de las iniciativas que nacieron en España lo hicieron impulsadas por las oportunidades que les brindaba el mercado y, en una inmensa mayoría de casos, las llevaron a cabo personas con edades comprendidas entre los 25 y los 44 años. Aunque más de la mitad de los españoles considera que emprender es bueno, en nuestro país aún estamos muy por debajo de la media mundial, el 66%, en considerar esta opción como la mejor a nivel profesional.
El informe pone de manifiesto que el 50% de los encuestados se consideran capacitados para poner en marcha un negocio y que un 40% temen fracasar. Estas cifras son similares a la media europea, sin embargo, la tasa de actividad emprendedora en España aún está lejos de la de otros países.
En este artículo os proponemos una serie de sugerencias para evitar el miedo al fracaso y que la puesta en marcha de un negocio siga el camino del éxito:
Aunque parezca obvio montar un negocio desde cero no es una decisión que se pueda tomar durante una cena con unos amigos. Lo primero será definir el producto o servicio que quieres ofrecer y analizar el mercado. Debes saber quién será tu público objetivo y también en qué situación se encuentra tu competencia. Esto nos lleva al segundo consejo:
Tu negocio debe satisfacer una necesidad (o crearla en algunos casos), y de ahí surge la necesidad de estudiar con detalle el mercado. ¿Existe ya ese producto? ¿Cómo es la empresa que lo comercializa? ¿Cuáles son sus puntos débiles? ¿Qué puedes ofrecer tú que los demás no estén haciendo? Una vez hayas realizado este estudio podrás empezar a tejer tu propio plan de negocio, establecer tus puntos fuertes, tus ventajas competitivas, tu público objetivo y tu forma de comercialización.
Si conoces a personas que hayan trabajado en tu sector o que hayan emprendido, PREGÚNTALES. Ellos mejor que nadie te dirán dónde pueden estar los fallos, y cómo evitar los que ellos tuvieron. La experiencia de otros puede ser uno de los pilares en los que fundamentes tu negocio. Es cierto que aprender de los errores ayuda a llegar al éxito, tanto si son tuyos como de otros.
El talento lo tienes pero ahora debes analizar qué proceso deberás seguir para llegar a tu destino, el cliente. Tal vez no estés capacitado para llevar solo el negocio. La producción, la comercialización, el marketing… son algunos de los pasos que conforman el camino de cualquier proyecto empresarial. Rodéate de gente experta en temas en los que tú aún eres principiante. Nada mejor que un buen equipo para llegar al éxito. Una buena solución es acudir a una incubadora de empresas para que te ayude a resolver tus dudas o problemas.
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Para muchos emprendedores el gran escollo a la hora de poner en marcha un negocio es vender sus virtudes. Antes de empezar y durante el proceso de consolidación de la empresa, deberás echar mano de tu capacidad como comunicador. Tú sabes que tu idea es muy buena pero los demás todavía no. El networking será imprescindible para establecer una red de contactos que te ayuden a seguir por el buen camino.
Conseguir financiación es importante para la puesta en marcha de cualquier negocio, pero ten cuidado a la hora de invertirlo. Debes de tener en cuenta que tal vez los recursos con los que cuentas al principio no lleguen para sostener el negocio durante la etapa en la que todavía no hay suficientes clientes. Piensa a medio y largo plazo cuando vayas a gastar tu dinero.
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