Cinco empresas que hicieron de la crisis su gran trampolín

Se suele decir que la crisis es una oportunidad. Resulta fácil decirlo, pero no tanto cumplirlo. Desde el inicio de la crisis económica, más de 500.000 empresas en España han echado el cierre. La mayoría eran pymes.

La pequeña y mediana empresa sufre con mayor intensidad. Su capacidad para diversificarse geográficamente es menor, en parte porque el acceso al crédito se cerró (casi) por completo durante un tiempo. No sólo eso. “Los tipos de interés medio para las pymes siguen en torno al 5,5%, justamente el doble que para las grandes empresas y muy lejos del interés con el que cuenta ahora la Administración pública”, reconocía el año pasado el anterior presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Jesús Terciado.

Difícil no significa imposible. Estas cinco pymes demuestran que no sólo es posible salir a flote en tiempos de crisis, también lo es hacer del difícil entorno un trampolín.

Hailo

Uno de los sectores que ha despegado últimamente es el de las apps para pedir taxi. A diferencia de Uber, por ejemplo, estas apps no hacen la competencia al gremio de los taxis, sino que contribuyen a hacer más fácil la relación de éstos con sus clientes.

Vienen a ser una alternativa al radioteléfono de toda la vida, pero aportando algunos servicios extra (por ejemplo, el usuario puede ver en un mapa dónde se encuentra el taxi solicitado y cuánto falta para que llegue a recogerle, y pagar a través del móvil. Una de las más conocidas es Hailo, de origen británico, que en España opera en Madrid y Barcelona. Hailo ha recaudado más de 100 millones de dólares de inversores internacionales como Union Square Ventures, Accel Partners, Wellington Partners, Atomico Ventures y el multimillonario Richard Branson.

Amovens

Lo llaman el “BlaBlaCar español”. Cuando su fundador, Diego Hidalgo, fundó esta start-up en 2009, su visión era clara: quería montar un negocio anticíclico, que no se viera perjudicado por la crisis y que se mantuviera a flote cuando la economía volviera a la “normalidad”.

En la actualidad, Amovens cuenta con una red de más de 200 organizaciones colaboradoras (como el Banco Sabadell, la Universidad Europea de Madrid o el Gobierno Vasco), y recientemente se ha integrado a su vez en la red europea de coche compartido GoMore, con el objetivo de acelerar su progresión y ofrecer una gama más completa de servicios de movilidad a sus usuarios.

Como parte de esta voluntad de crear una plataforma más amplia de servicios, ahora Amovens intermedia también el alquiler de coches entre particulares. Es decir, los usuarios de Amovens, además de compartir coche con otros usuarios durante un viaje, pueden alquilar su vehículo durante las horas o días que no lo vayan a usar, por un precio inferior al que establecen las empresas de alquiler de coches.

Mercado Provenzal

No sólo triunfan las puntocom. En el terreno de las franquicias, Mercado Provenzal destaca por su rápido crecimiento. Con un concepto de restauración low-cost, esta enseña fundada en verano de 2012 cuenta ya con 79 locales, y subiendo. Es, además, una de las franquicias más rentables de España.

Su éxito, dados los bajos márgenes que obtienen los modelos low-cost, depende de conseguir un gran volumen de clientes y una buena ubicación.

SuperSano

El reclamo del precio es importante, pero no es el único modo de competir (y triunfar) en tiempos de crisis. Los alimentos ecológicos, orgánicos o _bio _son por lo general más caros, por una simple cuestión de escala. Pese a todo, su consumo sigue creciendo. SuperSano es un buen ejemplo de ello.

Esta cadena de supermercados, fundada hace siete años, vende exclusivamente productos ecológicos. Hoy, cuenta con 10 establecimientos.El crecimiento de este sector tiene que ver con una voluntad cada vez más extendida de consumir productos más naturales, y en definitiva de cuidar más nuestra salud. Relacionado con esto está también el auge de las apps y pulseras inteligentes (o smartbands) de fitness, por ejemplo.

Kantox

Volvemos a las puntocom, en este caso al prometedor sector FinTech. Las nuevas tecnologías pueden ayudar a reducir el vacío que existe entre la financiación bancaria y la inversión de capital riesgo. Según un estudio del World Economic Forum, la oportunidad potencial de las start-ups Fintech entre las pymes es de 2 billones de dólares.

Kantox, por ejemplo, gestiona a través de Internet el cambio de divisas de grandes y medianas empresas, y cobra por ello una comisión inferior a la de los bancos. Un modelo de negocio sencillo (no por ello simple) que está dando grandes resultados.

De los cinco ejemplos expuestos podemos extraer una lección fundamental: la clave del éxito es aportar valor al cliente, o mejor dicho, aportar el suficiente valor como para que el cliente esté dispuesto a cambiar sus hábitos de consumo e integrarte en su día a día. Medítalo bien: ¿cuál es ese valor diferencial de tu empresa?