¿Qué impuestos debe pagar una empresa?

Un impuesto es aquella cantidad exigida a empresas y particulares por parte de la administración pública. Constituye la fuente de recursos más importante del estado y se emplea principalmente para cubrir el gasto público.

Los impuestos y las cantidades a pagar dependerán del volumen de la empresa y su dirección fiscal.

Según la clasificación por tamaño – microempresa, pequeña empresa, mediana o grande – y el territorio donde esté ubicada, la fiscalidad será una u otra puesto que hay tributos autonómicos y locales únicos para cada zona.

A pesar de las diferentes clasificaciones, hay impuestos que son comunes e independientes al tamaño y al territorio. 

En este artículo, veremos todos los tributos que las empresas deben tener en cuenta en su planificación de tesorería. 

Impuestos y su clasificación

Considerando la clasificación en función de la base sobre la que se aplican, podemos encontrar dos categorías de impuestos:

• Impuestos directos, aplicados sobre la riqueza y patrimonio de la compañía. Varían en función de la cantidad que ingresa la entidad.
• Impuestos indirectos, basados en el consumo que hace la empresa y en el empleo de su riqueza. 

Por otro lado, como se ha mencionado anteriormente los tributos variarán en función de la dirección fiscal de la empresa puesto que la administración pública exige los fondos a través de tres vías: Estatal, Autonómica y Local.

A continuación, te explicaremos los 4 impuestos principales que las empresas tienen que sufragar en función del período de pago, ordenados de mayor a menor:

• Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE)
• Impuesto de Sociedades (IS)
• Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)
• Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)

Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE)

Aplicable de manera directa a todas aquellas empresas o autónomos cuya cifra de negocio supera el millón de euros anuales. Todas las personas físicas y aquellas empresas que tengan un volumen inferior, no supondrán un sujeto pasivo. 

Durante los dos primeros años de actividad, cualquier compañía está exenta de tributar el IAE, aunque es necesario que haya presentado el alta como empresa en su término municipal a través del modelo 036.

Tiene un período de pago anual y, aunque la cifra es constante año tras año, ésta variará en función de la actividad y sector de la empresa. 

Actualmente, la primera tarificación se divide en tres categorías: Actividades Empresariales, Actividades Profesionales y Actividades Artísticas.

Posteriormente a esta primera clasificación, las empresas se agruparán en base a otros aspectos de su actividad y finalmente se impondrá la proporción a pagar. 

Impuesto de Sociedades (IS)

Se aplica de manera directa sobre el beneficio de las sociedades y la base imponible será el resultado contable de la empresa – excluyendo posibles reducciones o compensaciones de resultados negativos anteriores -. 

El período impositivo coincide con el ejercicio anual determinado por la compañía. En defecto de una fecha de cierre establecida en los estatutos de la empresa, el día de fin del periodo será el 31 de diciembre.

La declaración del impuesto se hace a través del modelo 200 y el plazo de presentación tiene como fecha límite el día 25 del mes 7 después del cierre del ejercicio.

Por ejemplo, si el ejercicio de la empresa termina el 31 de diciembre de 2020, el último día de presentación del modelo será el 25 de julio de 2021. 

Aunque el periodo impositivo es anual, los pagos se adelantan de manera fraccionada en abril, octubre y diciembre en el caso de que la compañía haya obtenido un resultado positivo en el ejercicio anterior.

Para la realización del pago fraccionado, las empresas deben presentar el modelo 202 durante los veinte primeros días naturales de los meses de pago.

La Agencia Tributaria establece algunas deducciones a actividades de I+D, creación de empleo o innovación tecnológica. 

El tipo impositivo del régimen general es del 25% sobre la base imponible – resultante del beneficio neto del ejercicio con algunas deducciones -, mientras que el tipo reducido del 15% se aplica a empresas de nueva creación en su primer año de resultado positivo y el siguiente. 

Actualmente existen otros tipos impositivos según la actividad de la empresa, que van desde el 0% hasta el 30%, pasando por el 1%, el 4%, el 10% y el 20%.

Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)

Es el impuesto indirecto más reconocido a nivel estatal y se aplica sobre el consumo y la adquisición de bienes y servicios.

La vía de recaudación es a través de las facturas emitidas por las entidades, que añaden el IVA en función del tanto por ciento aplicable sobre la base imponible, que será el precio real del producto o servicio.

De manera mensual o trimestral las empresas ingresan, compensan o solicitan la devolución del importe en función del resultado del cálculo.

La cantidad final se obtiene a partir de la diferencia entre IVA Repercutido – cobrado por la venta de productos o servicios – y el IVA Soportado – pagado a través de las facturas de proveedores -.

De este modo, la fórmula del cálculo del IVA quedaría así:

IVA Repercutido – IVA Soportado = Importe Final

La declaración se hace trimestral o mensualmente a través del modelo 303, con una declaración resumen anual con el modelo 390. 

Desde 2012 en España existen 3 tipos impositivos del IVA:

• Tipo general del 21%: Aplicable a cualquier producto o servicio exceptuando los pertenecientes a los otros dos tipos.
• Tipo reducido del 10%: Aplicable a productos y servicios básicos como la alimentación o la vivienda.
• Tipo superreducido del 4%: Aplicable a productos de primera necesidad y medicamentos, entre otros.

También se pueden encontrar algunos productos y servicios exentos de IVA, como pueden ser la enseñanza pública o los servicios sanitarios.

Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)

Las empresas y autónomos son los encargados de gestionar el pago de este tributo a la Administración Pública a través de la presentación de los modelos 111 y 190.

Tiene carácter progresivo y su base imponible dependerá de la renta de la persona física. 

Se aplica sobre la renta de todos aquellos trabajadores o profesionales residentes en España a lo largo del ejercicio, como también sobre el arrendamiento del local del negocio a un propietario – en este caso el modelo a presentar es el 115 -. 

El pago se efectúa de manera trimestral si la cifra de negocio de la compañía no es superior a los 6 millones de euros. En caso contrario, la tributación se hará de manera mensual.

Para tener controlada la tesorería y hacer una correcta previsión de los gastos de la empresa, es fundamental que una compañía tenga controlados los impuestos que deberá pagar a lo largo del año, así como sus cantidades y periodos de pago.