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La financiación la componen aquellos recursos financieros que precisa una compañía para desarrollar su actividad operativa y de inversión. A través de la financiación, la empresa adquirirá los bienes y liquidez necesarios para operar y producir.
Las fuentes de financiación son muchas, muy variadas y pueden clasificarse en dos grupos principales en función de su titularidad: financiación propia y financiación ajena.
El responsable financiero será el encargado de decidir cuál será el equilibrio que adquirirá la empresa en el momento de recurrir a la financiación ya que, según las necesidades de la compañía, los recursos podrán ser unos u otros.
La proporción de financiación perteneciente a cada uno de los dos grupos definirá la estructura financiera de la empresa y establecerá las ventajas y riesgos a los que se enfrentará la compañía a la hora de mantener su actividad.
A continuación te contaremos cuáles son las características principales de estos dos grupos de financiación y cómo la empresa puede sacar el máximo provecho de cada uno de ellos.
Esta financiación habitualmente no requiere de ninguna devolución posterior y no tienen coste añadido. Las principales características de la financiación propia son las siguientes:
Como se ha mencionado, en el caso de la financiación propia los fondos provienen de la propia empresa – Reservas – o son aportados por los socios – Capital -.
Las reservas provienen de ese beneficio neto de la empresa que no ha sido repartido entre los socios.
La cantidad obtenida se pondrá a disposición de las necesidades de financiación de la empresa, ya sea con el objetivo de realizar posteriores inversiones, aumentar el negocio o cubrir necesidades de liquidez.
Actualmente existen varios tipos de reservas:
Viene constituido por aquellas aportaciones realizadas por los socios de la empresa. Al tratarse de recursos económicos provenientes de personas físicas, esta financiación puede ser complicada de conseguir.
Estas aportaciones pueden formar parte del capital inicial en el momento de la constitución de la empresa (algunas veces con unos mínimos establecidos por ley) o puede aportarse de manera posterior añadiéndolo a este importe inicial.
En este caso, los fondos provendrán de entidades ajenas a la compañía. Suelen estar sujetas a obligaciones contractuales y requieren unos costes añadidos a la devolución del dinero. Las características principales son:
Los recursos pueden provenir tanto de entidades bancarias como de entidades pertenecientes al sector de la financiación alternativa. Es importante tener en cuenta este último tipo ya que la empresa podrá diversificar sus fuentes de financiación, evitando así una dependencia exclusiva del circuito bancario tradicional.
Dentro de la financiación a corto plazo, cuyo periodo de devolución no supera el año, encontramos diversos tipos entre los cuales figuran:
En cuanto a la financiación a largo plazo, esta tiene un plazo de devolución superior al año. Este tipo de financiación permite a las empresas obtener créditos y préstamos más adaptados a su ratio de solvencia y con plazos de devolución más amplios.
Por otro lado, para algunas empresas el acceso a este tipo de financiación es más complicado que el de corto plazo, por lo que es necesario contemplar todas las opciones disponibles para cada compañía.
Dentro de este tipo de financiación ajena encontramos recursos como los préstamos a largo plazo, el renting o el leasing financiero.
Con nuestra guía de financiación alternativa podrás aprender todo lo que debes saber acerca de cómo conseguir financiación más allá del banco.
FINANCIACIÓN ALTERNATIVA
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Muchos expertos afirman que es mejor disponer de un mayor apoyo en la financiación propia.
Aún así, para muchas empresas este factor no puede ser contemplado en el plan estratégico de financiación ya sea porque no cuentan con suficientes reservas provenientes del beneficio o bien porque los socios no pueden aportar más capital.
En etapas de crecimiento o desarrollo de la compañía, contar con financiación ajena puede marcar la diferencia entre tener éxito o no.
Muchas veces la financiación propia no es suficiente para cubrir todas las necesidades económicas de la empresa y es necesario añadir recursos ajenos para llegar a todo.
Durante los últimos años, los recursos financieros provenientes de la financiación alternativa han ido creciendo y actualmente tienen mucha presencia en el panorama económico actual.
Estos recursos pueden ser útiles para salir del circuito bancario tradicional y poder contar con más liquidez a través de otras vías más fáciles de acceder.
Según la finalidad para la que se recurre a la financiación, podrá ser más útil un tipo de fuente u otra.
Por un lado, para el desarrollo o la inversión por parte de la empresa será más útil la financiación propia o la ajena a largo plazo, mientras que para evitar tensiones de tesorería o falta puntual de liquidez, serán mejores las vías de financiación a corto plazo.
Cabe destacar que todos los expertos coinciden en que es fundamental que la estrategia financiera encuentre el mayor equilibrio posible entre ambas fuentes y tenga en cuenta los costes y gastos derivados de la financiación ajena para evitar posibles sorpresas y faltas de liquidez en el futuro.
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