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En los últimos tiempos, debido a la crisis económica, las empresas no han tenido fácil el acceso a los préstamos y créditos por parte de las entidades financieras tradicionales. Sin embargo siempre han existido figuras y operaciones legales que han permitido a las organizaciones la obtención de la liquidez necesaria para su día a día.
Es el caso de:
La cesión de crédito puede ser lo más parecido al endoso de un documento cambiario. Si nos fijamos en los balances de la mayoría de las empresas, seguramente en su parte de activo veremos varios derechos de crédito de los que la compañía es acreedora.
Con estos títulos la empresa puede comercializar. Es decir, estamos ante una operación en la que existen dos participantes, el cedente, que sería la empresa que cede su derecho a cobrar ese crédito, y el cesionario que es la persona física o jurídica que compra ese derecho de cobro. La diferencia principal respecto a cualquier otra operación similar es que en este caso, ambas partes no tiene la obligación de informar al deudor de la operación sobre la cesión del derecho y además, el cedente no responde de la insolvencia del deudor en el momento del pago.
Dentro de la cesión de crédito existen dos formatos:
La cesión de crédito sin recurso consiste en que una empresa realiza la venta de sus créditos a terceros independientemente de la forma en la que se encuentren documentados (facturas, letras, recibos…etc). La particularidad de que sea sin recurso es que el cedente no está obligado a responder de la insolvencia del deudor en caso de impago.
El contrato de cesión de crédito es el documento oficial en el que se materializa la operación por la que se cede el derecho al cobro entre el cedente y el cesionario.
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La Póliza de crédito es un documento que se suele formalizar ante notario, por el que una entidad financiera tradicional (banco), después de un estudio de solvencia y capacidad de reembolso, le concede a una empresa, disponer de una determinada cantidad de dinero con el fin de proporcionar la suficiente liquidez para sus actividades cotidianas. El plazo de vencimiento de estas pólizas suele ser de 12 meses renovable anualmente. En el momento de la firma, se pactarán y plasmarán en el documento todos los posibles gastos, comisiones y tipos de interés a aplicar. Una póliza de crédito permite hacer ingresos y reintegros sobre su cuenta asociada con el fin de ir reponiendo el saldo utilizado a medida que se van recibiendo ingresos.
Una póliza de crédito puede abarcar varias operaciones:
Una línea de crédito, es una operación que fija una cantidad determinada de dinero disponible durante un periodo de vencimiento pactado cuya misión es financiar el activo circulante de las empresas
Los créditos revolving son mosque hacen referencia a las tarjetas de crédito, por las que se hacen compras determinadas por diferentes medios, tanto presenciales como on line para ser pagadas posteriormente a corto o medio plazo.
El crédito sin aval, consiste en una operación por la cuál la entidad bancaria concede un crédito a la empresa sin exigir garantías a través de avalistas. Por lo general esto suele ocurrir cuando la empresa es cliente habitual de la entidad y su comportamiento financiero y de reembolso es más que fiable.
La cuenta de crédito es aquella cuenta bancaria en la que se materializa y deposita el el importe concedido por la entidad, que por lo general suele tener un funcionamiento muy similar al de una cuenta corriente ya que permite ingresos, reintegros, transferencias…etc
También es muy importante saber diferenciar entre una cuenta de crédito y una operación de préstamo
Todavía a día de hoy, algunas personas confunden los términos crédito y préstamo cuando en realidad son operaciones muy distintas. En una operación de préstamo se fija un tipo de interés concreto y un plazo de devolución del montante a través de cuotas mensuales, trimestrales o anuales. También se fija un período de tiempo de vencimiento. Es una cuenta fija que suele estar asociada a una cuenta corriente o de ahorro en la que se harán los cargos correspondientes a las cuotas y también amortizaciones anticipadas si es que la póliza de préstamo lo permite.
El objetivo de un préstamo suele ser la compra de un bien material mientras que el de una cuenta de crédito es garantizar el funcionamiento correcto del circulante de cualquier empresa.
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