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Este ha sido el quebradero de cabeza de muchas pequeñas y medianas empresas a lo largo de estos años de crisis económica, y no es para menos, ya que muchas de ellas se han visto obligadas a cesar su actividad debido a la falta de crédito por parte de las entidades financieras tradicionales.
Muchas han optado por la póliza de crédito como instrumento financiero a corto plazo con el que mantener su actividad ordinaria y garantizar la liquidez en su activo circulante.
Si que se puede. Las pólizas de crédito son operaciones concedidas por una entidad financiera, a través de la cuál y tras un completo estudio de la capacidad de reembolso y riesgo de la empresa que la solicita, se concede un importe determinado de dinero que se pone a disposición de la organización durante un tiempo limitado que suele ser un año.
Durante todo este período, la empresa podrá realizar distintas disposiciones de dinero sin rebasar el límite concedido, así como también imposiciones con el fin de ir regularizando la situación de la cuenta.
Por lo general, la primera vez que se formaliza la póliza, se hace ante notario, pero las consiguientes renovaciones pueden ser tácitas sin necesidad de tener que pasar de nuevo por este trámite, ni incurrir en el gasto.
Las pólizas de crédito pueden realizarse con o sin garantías, siendo totalmente posible la obtención de un crédito sin aval.
Con nuestra guía de financiación alternativa podrás aprender todo lo que debes saber acerca de cómo conseguir financiación más allá del banco.
FINANCIACIÓN ALTERNATIVA
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Algunas empresas se han visto envueltas en problemas financieros graves por hacer un mal uso de una póliza de crédito utilizándola como una concesión de crédito sin aval.
Bien es cierto, que debido al cierre de las principales entidades bancarias, no es nada fácil para una compañía, conseguir algún tipo de operación financiera sin garantías.
Sin embargo, esto no es motivo suficiente para que de forma consciente y sin medida, las empresas utilicen la pólizas de crédito para financiar operaciones para las que no están pensadas.
El importe concedido, debe ser utilizado para las necesidades puntuales y extraordinarias de activo circulante, y no para la compra de maquinaria o el pago de deudas antiguas arrastradas por la empresa.
A pesar de lo dicho, no debemos olvidarnos que las pólizas de crédito admiten la presencia de avales y garantes que aseguren la operación, y ya en muchos casos, a no ser que la entidad financiera tenga plena confianza sobre la capacidad de reembolso de su cliente, se exige la presencia de estas figuras en el documento oficial.
Anteriormente a comenzar el período económico hostil (previo al año 2008), se formalizaban muchas operaciones de crédito sin aval, sin embargo a día de hoy, se han convertido en miembros fundamentales de cualquier concesión.
Existen otras alternativas posibles de conseguir un crédito sin aval, a través de nuevas formas de financiación cada vez más utilizadas como el Crowdfunding, Crowdlending, Inversores Privados, Sociedades de Capital Riesgo…etc.
Otra opción es acudir a los organismos oficiales del estado en búsqueda de ayudas y subvenciones concretas que permitan la concesión sin garantes.
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